El presidente francés, Emmanuel Macron, se reunirá este martes con autoridades del Gobierno y el Parlamento en medio de creciente tensión social en el país, horas después de que casi 300 personas fueran detenidas en renovadas protestas contra la reforma jubilatoria luego de su adopción definitiva.
El Gobierno francés superó dos votaciones en la Asamblea Nacional destinadas a bloquear la reforma para elevar la edad jubilatoria a 64 años, que quedó así automáticamente adoptada tras su reciente aprobación por decreto por parte de Macron, la semana pasada.
Las votaciones constituyen un triunfo para Macron pero a un costo muy alto para un presidente acusado de autoritario por sus críticos y al que aún le falta la mayor parte de su segundo mandato, y que aspira a otras reformas pese a no tener control absoluto del Parlamento.
La noche del lunes estuvo marcada de nuevo por protestas espontáneas que se tornaron en choques con la policía y el incendio de contenedores de basura en varias ciudades, sobre todo en París, donde se registraron 234 de las casi 300 detenciones de anoche en toda Francia, informó hoy el Ministerio del Interior.
Una victoria pírrica
La prensa francesa estimó que la victoria del Gobierno de la primera ministra Elisabeth Borne en las mociones votadas el lunes en la Asamblea Nacional «sabe a derrota» en realidad, y el diario de izquierda Libération aseguró incluso que «sume al gobierno en una crisis política».
«¿Y ahora qué puede hacer Emmanuel Macron?», se pregunta el rotativo de derecha Le Figaro, apuntando que pese al rechazo de las mociones de censura, la espada de Damocles sigue pendiendo sobre el Gobierno, en el marco de la «crisis política» actual.
En este contexto, Macron, que no ha tenido apariciones públicas en varios días, se reunirá con su primera ministra y pesos pesados del Gobierno, como el ministro del Interior, Gérald Darmanin, antes de conversar con los presidentes de las dos cámaras del Parlamento, Asamblea Nacional y el Senado, y con figuras del oficialismo.
Mociones que no alcanzaron
La primera «moción de censura» contra el Gobierno en ser votada, presentada por el grupo independiente LIOT con el apoyo de la izquierda, recibió 278 votos de los 287 necesarios, apenas nueve menos. en una votación más ajustada que lo esperado.
Una segunda moción del partido de extrema derecha de la líder Marine Le Pen recabó solo 94 votos.
Luego de las votaciones quedó adoptada definitivamente la reforma jubilatoria con sus dos puntos centrales: el retraso de la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y el adelanto a 2027 de la exigencia de cotizar 43 años, en lugar de 42, para cobrar una pensión completa.
La incertidumbre planea sobre la continuidad de Borne, un día después de que se dijera «determinada» a seguir.
«La primera ministra es la única que puede hoy en día llevar adelante un proyecto de gobierno», dijo el vocero gubernamental Oliver Véran.
La oposición, reforzada por el rechazo unánime de los sindicatos y de dos de cada tres franceses, según los sondeos, urgió en cambio a Macron a cesar a Borne, a retirar su reforma o a someterla a referéndum, e incluso a disolver la Asamblea Nacional.
Busca reaccionarEl mandatario liberal, de 45 años y reelecto el año pasado, tiene previsto conceder una entrevista mañana a las cadenas de televisión privada TF1 y pública France 2, la víspera de viajar a Bruselas para una cumbre con los líderes de la Unión Europea (UE).
Será la primera vez que Macron hable en público desde que, la semana pasada, decidiera aprobar por decreto su reforma jubilatoria, que ya tenía media sanción del Senado, ante el temor de que fuera rechazada en la Asamblea Nacional, donde la votación se evitó gracias a que Borne invocó un artículo constitucional que da al presidente tal potestad.
En rechazo a esta maniobra y en medio de acusaciones de autoritario a Macron, partidos opositores presentaron a votación ayer en la Asamblea Nacional dos mociones distintas para destituir al Gobierno de Borne, lo que, al mismo tiempo, habría bloqueado la reforma jubilatoria.
Huelga general
Los sindicatos convocaron para el jueves una jornada de manifestaciones y huelga general, en la estela de las ya celebradas desde mediados de enero.
El 7 de marzo se registró la marcha más numerosa contra una reforma social en tres décadas, con casi 2 millones de personas en las calles, según la Policía.
Mientras tanto, los paros puntuales en sectores clave como los transportes y la energía continúan, además de la acumulación de toneladas de basura en las calles de París o la escasez de combustible en el sureste de Francia.