La disputa por Esequibo, el territorio que Venezuela le reclama a Guyana, alcanzó en las últimas horas un tono “militar” que amenaza con la paz en la región. Las maniobras del Comando Sur del viernes, en acuerdo entre los Estados Unidos y Guyana, encendieron la alarma no solo en el gobierno de Nicolás Maduro, que avanzó con la designación de autoridades militares para la zona, también entre los líderes regionales en el contexto de la reunión de presidentes del Mercosur. El primero en pronunciarse fue el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, una semana atrás, cuando el gobierno de Venezuela realizó un referéndum que resultó favorable a la idea de reclamar la soberanía sobre esa extensión rica en petróleo de 160 mil kilómetros cuadrados. Esta vez, Lula volvió a hablar pero ya en términos de evitar un posible conflicto bélico. “No queremos guerra en América del Sur; no necesitamos guerra, conflicto, necesitamos construir la paz, porque solo con mucha paz podemos desarrollar nuestro país, generar riqueza y mejorar la vida del pueblo brasileño», dijo en el discurso inicial del jueves ante el resto de líderes. «El Mercosur no puede permanecer al margen», dijo Lula y se ofreció como sede para montar una mesa de negociación. Además sugirió que «el actual presidente de la Celac (el mandatario de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves) pueda discutir el tema con ambos partidos: Guyana y Venezuela».
El conflicto también entró en la agenda global. Tras la pronunciación del bloque regional, el gobierno de Rusia pidió una salida pacífica. Luego el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunió el jueves a puertas cerradas para abordar el caso.
La posición de Caracas es que la resolución debe alcanzarse a través de negociaciones directas mediante el Acuerdo de Ginebra, de 1966, que dejaría al territorio del lado venezolano. La vicepresidenta, Delcy Rodríguez, insiste en que es el único instrumento legal que su país reconoce para encontrar una salida negociada a la controversia por el territorio que Caracas reclama desde 1844, sin haber tenido nunca posesión. Rodríguez también denunció la existencia de un plan para obligar a su país a reconocer la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia (CIJ). «Por primera vez en la vida se pretende obligar a un país a reconocer por la fuerza a la CIJ a través de países colusionados y dirigidos por los perpetradores históricos del laudo fraudulento: EEUU y Reino Unido y su títere guyanés. ¡Venezuela mantendrá su postura histórica y vencerá!», remarcó Rodríguez en su cuenta de la red X.
En una abierta muestra de respaldo de Washington, el Comando Sur de los Estados Unidos inició esta semana operaciones de vuelo dentro de Guyana. En un comunicado de la embajada estadounidense se indicaba que el ejercicio “se basa en compromisos y operaciones de rutina para mejorar la asociación de seguridad entre los Estados Unidos y Guyana, y fortalecer la cooperación regional».
El anuncio seguía a expresiones del secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, de apoyo al presidente de Guyana, Irfaan Ali, y a la soberanía del país ante las ambiciones de Venezuela con respecto al Esequibo.
Ante esto, el ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, calificó de «infeliz provocación» los ejercicios militares. “Advertimos que no nos desviarán de nuestras futuras acciones por la recuperación del Esequibo ¡No se equivoquen! ¡Viva Venezuela!», publicó el jefe militar.
El domingo pasado Venezuela sometió al electorado a opinar en un referendo consultivo sobre la creación de una provincia venezolana en el Esequibo. El resultado fue positivo con un contundente 98% que votó por el sí, en un tema de soberanía en que, excepcionalmente, oficialismo y oposición coinciden.
Tras la elección, Maduro ordenó a la estatal petrolera estatal PDVSA crear filiales para dar permisos de explotación de petróleo, gas y minerales en la zona en reclamación.
El mandatario dio, además, un plazo de tres meses a empresas que trabajan con Guyana para que se retiren del área y negocien con Venezuela.
La pugna entre ambos países reavivó cuando en 2015 el gigante energético estadounidense ExxonMobil descubrió enormes reservas de crudo en la zona. Hasta la fecha lleva desarrollado 63 proyectos de perforación en el bloque «Stabroek», llevando a Guyana a elevar la producción a 600 mil barriles diarios.