El proyecto de ley de despenalización del aborto en Chile cobró estado parlamentario con el debate en la Comisión de Mujeres y Equidad de Género de la Cámara de Diputados y Diputadas, que tras dos horas de discusión pasó a un cuarto intermedio hasta la semana que viene, mientras en Santiago y Valparaíso hubo manifestaciones de colectivos feministas en apoyo a la iniciativa, que propone legalizar la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14.
Al finalizar la sesión, la diputada Maite Orsini, presidenta de la comisión, dijo que “sin duda la marea verde de ‘las pibas en Argentina’ despertó una conmoción en Latinoamérica y el mundo, y eso motivó a las organizaciones feministas y en particular a las que habían participado activamente por la creación de este proyecto, como lo son la Corporación Humana y la Mesa por el Aborto al solicitarme como presidenta de la Comisión, que presentara este proyecto que llevaba dos años”.
Durante la sesión, la diputada Daniella Cicardini, del Partido Socialista, argumentó que “muchas de las mujeres hoy se siguen haciendo abortos clandestinos, poniendo en riesgo incierto su vida, inclusive también las consecuencias que ésta tiene en términos sanitarios. Por lo tanto, yo creo que a esto tenemos que darle un foco y un énfasis en términos de políticas públicas”.
Desde el oficialismo, la diputada Ximena Ossandón aportó a la polémica y exigió a las autoras del proyecto, presentado en 2018, que en lugar de hablar de despenalización del aborto, se sinceren y hablen de aborto libre.
En esta misma línea, la oficialista María José Hoffmann, de la pinochetista Unión Democrática Independiente, se sumó al cuestionamiento de la propuesta de despenalizar el aborto dentro de las 14 semanas de gestación, a la que calificó como una “fórmula antojadiza”.
La iniciativa, que fue ingresada en agosto del 2018 por diputadas de oposición, busca reformar el Código vigente, y la diputada Hoffmann también cuestionó a las impulsoras del proyecto por aprovechar la aprobación de la legalización reciente del aborto en Argentina para instalar el debate en Chile, mientras ratificó que la UDI rechazará el proyecto porque considera que los argumentos son “débiles”.
En este punto, la legisladora pinochetista calentó la discusión al acusar a las autoras de la iniciativa de tener una agenda de manipulación emocional con un tema “sensible”.
“Es bueno sacarse la careta, este es un paso más hacia la despenalización. Las felicito por alcanzar la fibra emocional necesaria para una situación tan sensible y tan dura como un aborto”, criticó Hoffmann.
Desde la otra vereda, Orsini destacó en una entrevista con el Canal 24 horas que quiere “un aborto legal», pero «lamentablemente la Constitución de 1980 impide que las parlamentarias podamos presentar proyectos de Ley que incurran en gasto fiscal, como la legalización del aborto. Es decir, que en los hospitales públicos se preste el servicio de aborto hasta las 14 semanas es prerrogativa exclusiva del presidente de la República, por eso no podemos presentar esta iniciativa”.
Lo que si podemos hacer es despenalizar el aborto, es decir, que si bien no se va a entregar la prestación salud en los hospitales, aquella mujer que decida hacerlo en su casa o una clínica privada, no vaya a la cárcel, por eso presentamos el proceso de despenalización y no el de legalización”, agregó Orisini.
La ley de aborto que rige en Chile fue aprobada y promulgada en 2017, durante el segundo Gobierno de Michelle Bachelet (2014-2018), que permite la interrupción voluntaria del embarazo solamente por tres causales: el riesgo de vida de la madre, inviabilidad del feto o violación.
Luego de la aprobación de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en Argentina el mes pasado, el movimiento proaborto legal tomó fuerza en Chile, un país también de mayoría católica, y un grupo de diputadas presentó este nuevo proyecto más ambicioso, para despenalizar el aborto hasta la semana 14 de gestación.
“La experiencia comparada a la mayoría de los países han ocupado las 14 semanas como criterio, pero estoy abierta a escuchar y discutir si son 12, 14 ó 16”, dijo la diputada Orsini.
Al finalizar la deliberación se acordó que en la sesión de la semana próxima puedan participar del debate más organizaciones, entre las que se mencionaron a la Sociedad Chilena de Desarrollo Humano, la Sociedad Chilena de Embriología, Sociedad Chilena de Obstetricia, e incluso el Colegio Médico.
Orsini anunció también que para despejar dudas sobre las cifras de muertes y procesos penales relacionados al aborto se solicitó información mediante oficios al Ministerio de Salud, Gendarmería (Policía carcelaria) y el Ministerio Público (Fiscalía).
Durante el debate, fuera de la sede del Congreso en Valparaíso, 130 kilómetros al noroeste de Santiago, hubo manifestaciones a favor y en contra del proyecto. También, un grupo de más de 100 mujeres de distintas organizaciones manifestaron pacíficamente en las cercanías al Palacio de La Moneda, en Santiago, con pancartas, lienzos y los icónicos pañuelos verdes.
Mientras se manifestaban a favor de la iniciativa con cánticos hubo un momento de tensión cuando un grupo de mujeres conservadoras, contrarias a la medida que se discute en el Congreso, se acercó a increpar a las manifestantes, pero la situación no pasó de ahí.
Desde el Gobierno no apoyan la iniciativa y así lo expresó días atrás el vocero Jaime Bellolio, quien afirmó en una entrevista que el actual Poder Ejecutivo “no está a favor del aborto sin causales” y rechaza el “aborto libre”.
Según una reciente encuesta de la consultora Plaza Pública Cadem, un 56% de los chilenos está de acuerdo con el aborto legal, pero sólo en algunas circunstancias, mientras sólo un 27% apoya la interrupción del embarazo “bajo cualquier motivo”.