Surgen las primeras luces en Francia y los resultados iniciales de las elecciones legislativas en Francia aparecen con pocas sorpresas: La Republica En Marcha, fuerza política liderada por el presidente Emmanuel Macron, electo hace pocas semanas, se posiciona cómodamente en el primer lugar con un 32%. Muy por detrás lo sigue el partido republicano con un 21,2%, La Francia Insumisa con Jean-Luc Melenchon con un 14,2%, el Frente Nacional de Marine Le Pen con un 13,9% y por último el Partido Socialista con un 13,3% de los votos.
Con este panorama, el partido liderado por Macron tiene el camino allanado para tener la mayoría parlamentaria y poder gobernar sin que sean necesarias las alianzas políticas. Para Francia es un escenario atípico ya que es la primera vez en la historia que un partido político con menos de dos años de vida logra semejante hazaña: conquistar el palacio presidencial y ahora la Asamblea.
Un dato que no hay que pasar por el alto es el porcentaje de abstención en estas elecciones que fue de más del 50%. Es un número récord en la historia electoral de Francia. Este alto porcentaje de abstención demuestra el desconcierto de una parte de la sociedad francesa ya que no encuentra ninguna figura política convincente que pueda representar sus ideas políticas y sociales.
En la mayoría de los distritos la victoria de La República en Marcha fue contundente. Lo mismo en algunas circunscripciones en las que sus representantes no eran figuras políticas reconocidas. A partir del resultado de ayer, la derecha de los republicanos se ubica como la primera oposición y la segunda fuerza política con más fuerza dentro de la Asamblea.
De cara a la segunda ronda a disputarse el próximo domingo, el partido del presidente Macron puede adjudicarse entre 400 y 440 diputados de los 577 a elegir, lo cual le daría la mayoría absoluta en el recinto. Por detrás Los Republicanos, que pueden llegar a obtener entre 85 y 125. En tercer lugar los socialistas y sus aliados ecologístas, entre 20 y 35. La Francia Insumisa y la izquierda más radical entre 8 y 18 y por último la extrema derecha, que obtendría entre 3 y 10 bancas.
Macron sigue disfrutando de ser la sensación dentro de la política francesa. Esta elección es una muestra del margen con el que cuenta para gobernar los próximos años. La izquierda, el socialismo por un lado y el sector más radical con Melenchon a la cabeza por otro, sigue sin levantar vuelo. Es necesario que ambos partidos limen asperezas para que la izquierda en Francia vuelva a salir a flote, como lo supo ser durante una gran parte de la historia política del país galo.
Por el lado de la derecha, los republicanos se posicionaron de buena manera con bajo perfil, sabiendo que el juego con los centristas de Macron es el que más le conviene. La extrema derecha realizó una pobre elección luego de haber alcanzado la segunda vuelta en las elecciones presidenciales.
Una nueva política parece haber llegado a Francia. De la mano de Macron y su partido que recién se está armando, la mitad del pueblo decide darle la espalda a los partidos tradicionales y sus políticas. Será cuestión de tiempo ver cual es la capacidad de la izquierda para lograr el surgimiento de un lider para luchar por esa parte del electorado que sigue deambulando en la confusión.