Todo indicaría que los 147.302.357 electores habilitados para votar en Brasil estarían colocando al ultraderechista Jair Bolsonaro, candidato del PSL (Partido Social Liberal) y a Fernando Haddad, postulante del PT (Partido de los Trabajadores), heredero del apoyo popular del expresidente Inácio Lula Da Silvia, quien está proscripto para participar de esta elección.
Paradójicamente, a pesar de las movilizaciones de millares de mujeres contra la candidatura de Bolsonaro bajo el lema #EleNao, las encuestas indican que creció su preferencia entre las mujeres y afrodescendientes, especialmente en el nordeste, una zona de preferencia del PT. Fenómeno que algunos atribuyen al apoyo que recibió el exmilitar de parte del obispo Edir Macedo de la Iglesia Universal, como interpreta el sociólogo Leonardo Abvrtizer, de la Universidad Federal de Minas Gerais.
Desde otro ángulo, el politólogo Gonzalo Rojas de la Universidad Federal de Campina Grande, explica que el crecimiento de Bolsonaro se debe tanto a «un reagrupamiento de fracciones burguesas como al fracaso de la estrategia de conciliación del PT». El analista sostiene que «Haddad estuvo esta semana más preocupado por ganar apoyo de los golpistas que en criticar a la extrema derecha».
En definitiva, el establishment político que dio el golpe de Estado contra Dilma Rousseff no logró instalar a ninguno de sus candidatos con chances para el segundo turno, ni al oficialista Henrique Meirelles del MDB (Movimiento Democrático Brasileño) ni al aliado Geraldo Alckmin del PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña), ni al desarrollista Ciro Gomes del PDT (Partido Democrático Laborista, en español).
Todas las encuestas indican que Jair Bolsonaro oscila entre un 30% y 35% de intención de voto, en tanto que el petista Haddad estaría entre el 25% y 30%, por lo que comienza a palpitarse un segundo turno, donde las encuestas muestran un empate técnico con leve ventaja de Bolsonaro sobre Haddad en aproximadamente 43-41 por ciento.
Sin embargo, cabe señalar que las encuestas son relevamientos preponderantemente urbanos y que generalmente el electorado del «Brasil profundo» tiende a reproducir apoyos locales que podrían hacer subir a Fernando Haddad, en especial en el nordeste y norte, y a Alckmin, Meirelles y Gomes en el centro-oeste y sur del país.
Incluso Paulo Guimarães, quien es consultor de candidatos en 13 estados, entre ellos de Alckmin y Ciro Gomes, sostiene que Haddad ya está en segundo turno porque tiene consolidado su espacio electoral con un piso alto, y entiende que Bolsonaro aún no, porque se lleva un voto de protesta pero no logra captar el voto fidelizado del interior, efecto que se produjo sistemáticamente en elecciones pasadas.
El planteo parece razonable pero impredecible porque hay referentes locales que están cambiando su apoyo, como los candidatos a gobernador del PSD (Partido Social Democrático) Índio da Costa en Río de Janeiro, Gelson Merísio en Santa Catarina o Rogerio Rosso, junto con Alberto Fraga de DEM (Demócratas) del Distrito Federal de Brasilia.
A su vez, Bolsonaro cosecha su mejor desempeño en el sur del país, donde alcanza una media del 40% de preferencia electoral, en tanto que en las regiones sudeste, norte y centro-oeste está en su media del 34%, siendo su peor desempeño en el nordeste donde cae al 21%, región en la cual Haddad lidera con el 36% y es la zona más favorable al PT.
Así, siguiendo los sondeos de IBOPE, si bien los electores en un 43% consideran vencedor a Bolsonaro y un 27% ve como vencedor a Haddad, en una eventual segunda vuelta, la tendencia de acumulación marcaría una diferencia sustancial en el nordeste, donde el petista aventaja 69% a 31%. En tanto que se muestra una paridad en el norte/centro-oeste del país, zonas de 10 millones de sufragantes cada una. A su vez, en el sur Bolsonaro tendría una ventaja inversa al nordeste, ganaría 63% a 37% el exmilitar, que tiene 21 millones de votantes. En tanto, en el sudeste (San Pablo y Río de Janeiro), la zona económicamente más importante de Brasil donde concentra 62 millones de votos, existe una ventaja del 55% al 45% a favor de exmilitar.
Cabe señalar que Bolsonaro lidera en 13 estados, entre ellos los más poderosos del país, como San Pablo, Río de Janeiro y Minas Gerais, así como Acre, Amapá, Amazonas, Distrito Federal, Goiás, Matro Grosso, Rio Grande do Sul, Rondonia, Roraima y Santa Catarina. En tanto que Haddad se posiciona primero en los estados del Nordeste (Bahía, Maranhao, Paraíba, Pernambuco, Piauí, Rio Grande do Norte y Sergipe), salvo Alagoas donde se da empate técnico y Ceará, que presenta una leve ventaja Ciro Gomes.
Sin embargo, Bolsonaro se debilita aun más en las contiendas estaduales, porque presenta candidatos sólo en ocho estados, en tanto que el PT lo hace en 14 y tiene acuerdos de apoyo en otros distritos, que en muchos de ellos reeligen o disputan gobernadores, como Rui Costa en Bahía que lograría la victoria en el primer turno con más del 60%. Por lo que será una incertidumbre cómo se comportará el electorado en estados donde habrá segunda vuelta y Bolsonaro no tendrá referencia local, como el caso de Minas Geraís, donde se prevé una confrontación entre el gobernador Fernando Pimentel del PT y Antonio Anastasia del PSDB. O mismo, donde se disputen balotajes y ninguno tenga candidato, como en San Pablo, donde estarían Paulo Skaf del MDB y Joao Doria del PSDB.
Uno por uno
Jair Bolsonaro: El candidato del Partido Social Liberal lidera las encuestas con un 28% pero en una segunda vuelta perdería con todos los demás postulantes.
Fernando Haddad: El elegido de Lula por el Partido de los Trabajadores se posicionó rápidamente tras ser nominado y tiene 22% en los sondeos.
Ciro Gomes: El aspirante por el Partido Democrático Laborista llega al comicio con el 11%, aunque quedaría muy bien posicionado en un balotaje.
Geraldo Alckmin: El candidato del PSDB y del establishment, nunca pasó el 10% de intención de voto, empero, en una segunda vuelta vencería a Bolsonaro.
Marina Silva: La «eterna candidata» de Rede, se presentó en 2010 y 2014, tiene un 5% en las encuestas y en las últimas semanas cayó sin parar.
Henrique Meirelles: El representante del Partido Democrático Brasileño fue el elegido del golpista Michel Temer, pero nunca sobrepasó el 2% en las encuestas.