Más allá de las intenciones y deseos del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y de las acciones de la oposición, la transición de gobierno en Venezuela entre el ejecutivo hacia Asamblea Nacional (Parlamento), aún no se produce.
Nicolás Maduro sigue siendo presidente después de asumir un nuevo período el jueves pasado y Juan Guaido continúa presidiendo una asamblea a la que el Ejecutivo desconoce por considerar en “desacato” y su real asunción como presidente interino (como le gusta tuitear a Almagro) depende de varios factores aún no resueltos.
La constitución bolivariana promovida por el propio Hugo Chávez en 1999 contempla la ausencia del primer mandatario y su reemplazo interino por el presidente del parlamento hasta al elección y constitución de un nuevo gobierno, pero para que ello ocurra debe presentarse un escenario hasta ahora inexistente.
El Artículo 233 menciona, entre otras, la “destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia; su incapacidad física o mental permanente certificada por una junta médica designada por el Tribunal Supremo y con aprobación de la Asamblea Nacional; el abandono del cargo, declarado como tal por la Asamblea Nacional, así como la revocación popular de su mandato”.
En esa línea la AN acaba de decretar que maduro está “usurpando” el cargo presidencial al que llegó tras una elección en la que la oposición mayoritaria, agrupada en la Mesa de Unidad Nacional, no se presentó por decisión propia y luego de levantarse de una mesa de negociación que se había abierto en República Dominicana.
La oposición sabe que mientras Maduro continúe en ejercicio del poder y sobre todo las fuerzas armadas le sean leales sería difícil instalar el supuesto vacío de poder que denuncia. Justamente por eso sancionó hace horas un decreto que otorga “garantía para aquellos funcionarios militares y civiles que contribuyan a la restitución de la Constitución en Venezuela”. Un llamado directo a militares que se sumen a una cruzada golpista.
El titular de las FF AA Padrino López ratificó el apoyo de la fuerza a Maduro y advirtió a Guaido que si se autoproclama presidente estaría cometiendo “un golpe de Estado”. No es casual que el Consejo Permanente de la OEA llamó a desconocer el mandato de Maduro pero no erigió a Guaido como interino, más allá de lo declare el secretario general, que en suma es un funcionario administrativo.
Siquiera el Grupo de Lima lo llama presidente interino. En su Última declaración condenó la detención temporaria de quien llamó apenas el “presidente de la Asamblea Nacional”, tras aquel confuso episodio que el gobierno de Maduro atribuyó a oficiales disidentes y “funcionales a la derecha opositora”.
Maduro asumió el 10 de enero ante el Tribunal Supremo de Justicia. La constitución permite hacerlo si existiese un impedimento de asumir ante la Asamblea Nacional.
En este caso el gobierno no reconoce el funcionamiento de la AN desde 2015 cuando el TSJ la declaró en desacato por tres diputados de la oposición acusados de asumir mediante el fraude. Desde entonces la AN ha sancionado leyes que nunca fueron promulgadas por el Ejecutivo y en su mayoría fueron dirigidas contra el gobierno.
En su lugar Maduro toma como poder legislativo a la Asamblea Nacional constituyente, un órgano de suprapoder previsto en la Constitución, qué fue conformada tras elecciones populares en 2017 a las que la oposición tampoco se presentó.