China anunció sanciones contra un grupo de funcionarios «defensores de la independencia» de Taiwán, en medio de las tensiones generadas por la visita de la líder del Congreso estadounidense a la isla, cuya soberanía es reclamada por Beijing bajo su política «una sola China».
Entre los sancionados se encuentran el vicepresidente de la Asamblea Legislativa de Taiwán, Tsai Chi-Chang, activistas y otros miembros del Partido Progresista Democrático que gobierna la isla autónoma.
Las sanciones tienen la finalidad «de salvaguardar el desarrollo pacífico de las relaciones a través del estrecho y los intereses inmediatos de las personas en ambos lados del estrecho, así como de castigar resueltamente a los elementos intransigentes de la independencia de Taiwán», explicó un vocero de la Oficina de Trabajo de Taiwán del Comité Central del Partido Comunista Chino.
El alcance de las sanciones
Todos los sancionados tienen prohibido ingresar a la China continental y a las regiones administrativas especiales de Hong Kong y Macao.
Además, sus instituciones afiliadas no pueden forjar cooperación con organizaciones e individuos relevantes en la parte continental, mientras que las empresas relacionadas con ellos, así como sus patrocinadores, tienen prohibido realizar actividades lucrativas en la parte continental.
«Tendrán que rendir cuentas de por vida de acuerdo con la ley», indicó el vocero chino, citado por la agencia de noticias china Xinhua.
Agregó que también se impusieron sanciones al presidente de la Fundación de Taiwán para la Democracia, You Si-kun, y al secretario general del Fondo de Desarrollo y Cooperación Internacional, Jaushieh Joseph Wu, a quienes también se les prohíbe ingresar a la parte continental y a las regiones administrativas especiales de Hong Kong y Macao.
Para Beijing, las acciones que buscan la independencia de Taiwán, constituyen «el mayor obstáculo para la reunificación de China y un grave peligro para la revitalización nacional».
Según expresó el vocero, algunos activistas separatistas, alentados por intereses propios y «confabulados con fuerzas externas», han instigado deliberadamente enfrentamientos a lo largo del estrecho de Taiwán y socavado imprudentemente la paz y la estabilidad en la región.
«La parte continental de China no tolerará ningún tipo de actividad para dividir el país, no permitirá que ninguna fuerza externa interfiera en su reunificación nacional, y no dejará espacio para las actividades separatistas que buscan la independencia de Taiwán en cualquiera de sus formas», advirtió el vocero.
Las sanciones llegan dos semanas después de que la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitara Taiwán en un viaje que, según China, envió una señal equivocada a las fuerzas independentistas de la isla.
China considera a Taiwán como una provincia disidente desde que las tropas del Gobierno nacionalista de Chiang Kai-shek se replegaron allí en 1949 tras ser derrotadas por las fuerzas comunistas de Mao Tse-Tung, y está convencida de que eventualmente formará parte del gigante asiático.
Tras la visita de Pelosi, Beijing inició ejercicios militares por mar y aire en los alrededores de la isla, mientras que las fuerzas aéreas de la isla activaron una vigilancia con patrullas aéreas de combate y navales y con sistemas de misiles en tierra.