China condenó la «provocación» que supone el envío de Estados Unidos de dos buques de guerra al estrecho de Taiwán y consideró que es una maniobra que busca «sabotear la paz y la estabilidad de la región», mientras aumenta la tensión entre el continente y la isla.
El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, pidió a Estados Unidos que se limite a respetar la política de «una sola China», cuyo único gobierno legítimo es el de Beijing, según declaró durante una conferencia de prensa.
El domingo, dos buques de guerra de Estados Unidos navegaron en el estrecho de Taiwán en la primera incursión de este tipo desde que China realizó ejercicios militares sin precedentes alrededor de la isla.
La maniobra «demuestra el compromiso de Estados Unidos con una región Indo-Pacífico libre y abierta», dijo entonces la Armada en un comunicado. «Las fuerzas armadas estadounidenses vuelan, navegan y operan en cualquier sitio que permita el derecho internacional», agregó.
El Ministerio de Defensa taiwanés confirmó el paso de los buques estadounidenses en un recorrido de norte a sur y precisó que la situación era «normal».
Alerta máxima
El Ejército Popular de Liberación de China consideró que Estados Unidos había «exagerado abiertamente» el paso de los buques por el estrecho y agregó que las tropas seguían «en alerta máxima» y estaban «preparadas en todo momento para desbaratar cualquier provocación».
Tras la reacción china, el ministerio taiwanés informó que se había registrado la aproximación a la isla de otros 23 aviones y ocho buques del Ejército de China.
La situación entre China y Taiwán se agravó el pasado 3 de agosto a raíz de la visita a la isla de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, que China consideró una provocación y a la que respondió con el anuncio de cuatro días de ejercicios militares.
La Casa Blanca se distanció del controvertido viaje de Pelosi a la isla que China reclama como propia, con el argumento de que la política toma sus propias decisiones.
Estados Unidos reconoce diplomáticamente a China sobre Taiwán, pero mantiene relaciones de facto con Taipei y apoya el derecho de la isla a decidir su futuro.
China considera a Taiwán –a donde huyeron los nacionalistas chinos tras su derrota en una guerra civil ante los comunistas en 1949- una provincia que debe ser reunificada, incluso por la fuerza si es necesario.
Los vínculos entre Taiwán, donde viven 23 millones de personas, y China continental solo se restablecieron a nivel empresarial e informal a finales de la década de 1980.
Las tensiones entre la isla y el continente crecieron a su máximo nivel en décadas con la presidencia china de Xi Jinping, que rompió la comunicación oficial con Taiwán hace seis años tras la elección de la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen, que enfatiza la identidad separada de la isla.
Las maniobras chinas incluyeron el lanzamiento de misiles balísticos en aguas cercanas a Taiwán, una de las rutas navieras más transitadas del mundo, mientras que la isla realizó ejercicios militares para simular la defensa ante una invasión, con el despliegue de su avión de combate más avanzado.