Numerosas personalidades del mundo participan de una campaña por la libertad del periodista fundador de Wikileaks, Julian Assange, detenido en Londres y con un pedido de extradición de Estados Unidos, que pretende juzgarlo por espionaje y divulgación de documentos secretos que revelaban posibles crímenes de guerra, con penas que podrían superar los 170 años de prisión. «Los que denuncian los crímenes están en prisión, perseguidos por los criminales que deberían estarlo», afirma el expresidente de Ecuador, Rafael Correa, quien asiló a Assange en la embajada de su país en Gran Bretaña hasta su expulsión por parte del sucesor Lenin Moreno, y es uno de los firmantes de la campaña encabezada por la Internacional Antiimperialista, que preside el hondureño Manuel Zelaya, y que impulsa la liberación del activista australiano. «Su detención no está de acuerdo con la defensa de la democracia y de la libertad de prensa. Es importante que nos movilicemos en defensa suya», apuntó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en el marco de esta campaña coordinada por el secretario ejecutivo de la Internaciónal, Lois Pérez Leira. A su vez, el boliviano Evo Morales advirtió que la detención «es una escalada, una intimidación para que nunca se revelen todos los crímenes de lesa humanidad cometidos por diferentes gobiernos de Estados Unidos. Tantas invasiones, tantos saqueos», dijo el también participante de la proclama por la liberación de Assange, al igual que Atilio Borón, Víctor Hugo Morales, Tati Almeida, Stella Calloni, entre muchas otras personalidades de todo el mundo.
«Un preso geopolítico», como lo definió genialmente el artista brasileño Caetano Veloso, Assange enfrenta un pedido de extradición que ya fue aceptado por Gran Bretaña, por haber publicado cientos de miles de informes clasificados, imágenes, videos y cables diplomáticos sobre las controvertidas actuaciones de Estados Unidos en las guerras de Irak y Afganistán y, posteriormente, sobre la prisión de Guantánamo. Recientemente, el Tribunal Supremo británico rechazó la apelación presentada por la defensa del periodista y ahora sólo resta una audiencia pública para ratificar o rectificar el veredicto. Los plazos se acortan y los representantes temen un fallo desfavorable, aunque todavía puede llevar su caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
El recurso de Assange estuvo dirigido al hecho de que la orden de extradición firmada por la exministra del Interior británica, Priti Patel infringió el Tratado sobre extradiciones entre EE UU y Reino Unido. Según esta norma, «no se concederá la extradición si el delito por el que se solicita es un delito público». La defensa de Assange insiste en que la petición de EE UU para extraditar a Assange se basa en motivaciones políticas para silenciar y condenar al periodista australiano tras revelar información de interés público.
Hace cuatro años que el fundador de WiliLeaks está incomunicado en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, lo que ha agravado aún más su ya deteriorada salud física y mental. «El tribunal británico ya ha dicho que el estado de su salud mental de Julian Assange es frágil, que podría suicidarse si ingresa en una cárcel estadounidense con condiciones penitenciarias deficientes. Aun así, Reino Unido ha firmado su extradición», denunció Amnistía Internacional, otra organización que reclama por su liberación.
El 11 de abril de 2019 la Policía británica sacó a rastras a Assange de la embajada de Ecuador en Londres, donde pasó siete años refugiado, en imágenes que se vieron en vivo en todo el mundo.