En las sombras de la madrugada del 31 de diciembre, el empresario santacruceño Fernando “Macho” Camacho y el cívico potosino Marco Pumari firmaron un pacto electoral para compartir fórmula rumbo a las elecciones generales en Bolivia. Aún no hay fecha precisa para los comicios.
Camacho y Pumari, representantes de los comités cívicos opositores al presidente depuesto Evo Morales, saltaron a la triste fama en el pasado noviembre, cuando el golpe de Estado terminó con 14 años de hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS) en el Ejecutivo del país vecino. El primero será candidato a la Presidencia y el segundo a la Vicepresidencia.
Hasta hace poco, la historia de Bolivia la escribían por nosotros, desde ahora la escribiremos todos los bolivianos. Dejaremos las bases de un Estado que en vez de dueños tenga fieles servidores de la patria.
— Luis Fernando Camacho (@LuisFerCamachoV) December 31, 2019
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El acuerdo político, denominado «Bolivia Unida con dignidad, libertad y democracia», fue hecho público por Camacho en su cuenta de Facebook. “Hasta hace poco, la historia de Bolivia la escribían por nosotros, desde ahora la escribiremos todos los bolivianos. El futuro está en nuestras manos y no permitiremos que el gobierno vuelva a ser de unos cuantos. Dejaremos las bases de un Estado que en vez de dueños tenga fieles servidores de la patria”, escribió Camacho, representante de los sectores religiosos ultraconservadores y agroindustriales del país. Recordado por su ingreso al Palacio Quemado con una Biblia, en el marco del Golpe de Estado.
El acuerdo incluye 14 puntos en los que hacen saber que tomaron la determinación porque el pueblo les exige unidad y anuncian que dejan de lado «cualquier tipo de inconveniente o malos entendidos del pasado» por considerar que por encima de todo se encuentran los intereses de Bolivia. La relación entre ambos había quedado afectada a principios de diciembre, porque fueron protagonistas de una pelea mediática digna de talk show. La filtración de un audio en el cual negociaban la conformación de su binomio rumbo a las elecciones presidenciales, sobre la base de 250 mil dólares y dos oficinas de la Aduana Nacional, sepultó por unas semanas la alianza cívica que existía entre el oriente y el occidente del país. Finalmente se arreglaron.
En el acuerdo suscrito en la oscura madrugada hacen saber que tomaron la decisión «pensando en la unidad de todos los bolivianos, sin racismos, sin rencores, sin odios históricos ni fantasmas inexistentes». Pero luego de estas líneas pacifistas arremeten contra el partido de Morales: «Este binomio no puede quedar indiferente ante el accionar de los políticos tradicionales, que han traicionado la buena fe de los ciudadanos expresada en el voto, o que se han coludido con el narcogobierno. Ellos no tendrán cabida».