Pese a que su acuerdo de Brexit fue dos veces pisoteado por el Parlamento, la primera ministra británica propuso este miércoles una tercera votación, advirtiendo que, si no se aprueba el texto, la salida de la UE podría sufrir un «largo» aplazamiento.
«La cámara tiene que entender y aceptar que si no respalda un acuerdo en los próximos días, y no quiere respaldar un Brexit sin acuerdo el 29 de marzo, esto sugiere que se necesitará una prórroga mucho más larga» de lo previsto, afirmó May ante los diputados.
La jefa de gobierno anunció que someterá el jueves a la Cámara de los Comunes una moción en que propone organizar, antes del 20 de marzo, una tercera votación sobre el controvertido acuerdo de divorcio que negoció y renegoció hasta el último minuto con Bruselas.
Si esta vez el texto es adoptado, May pedirá a los líderes europeos un corto aplazamiento de la fecha del Brexit, hasta el 30 de junio, para llevar a cabo los preparativos necesarios.
De lo contrario, el aplazamiento debería ser mucho mayor e implicaría que el país tenga que organizar elecciones europeas en mayo, precisa la moción, en un claro esfuerzo por poner entre la espada y la pared a los euroescépticos deseosos de abandonar el bloque pero reacios a hacerlo bajo las condiciones que May defiende.
Este nuevo giro en un drama político que parece no tener fin llegó justo después de que los diputados votasen, por 312 votos contra 308, contra la posibilidad «bajo ninguna circunstancia» de un Brexit sin acuerdo.
Los diputados votaron así la enmienda a una moción presentada por May y el hecho de que fuera aprobada -aunque por un resultado muy ajustado- pone de manifiesto el caos que reina en la política británica y la falta total de control que tiene la primera ministra pese a su obstinación.
Con o sin acuerdo
Por segunda vez en dos meses, los diputados rechazaron estrepitosamente el martes el acuerdo que la líder conservadora tan arduamente negoció con Bruselas para cumplir con el mandato del referéndum de 2016, en que 52% de británicos votó a favor del Brexit.
Esta vez May perdió por una diferencia de 149 diputados. En enero la derrota había sido aún más humillante: 230 parlamentarios votaron en su contra, incluidos más de cien rebeldes de su propio Partido Conservador.
«Sólo hay dos maneras de salir de la UE: con o sin acuerdo. La UE está preparada para ambas», reaccionó el miércoles desde Bruselas una portavoz de la Comisión Europea. «Para descartar un Brexit sin acuerdo, no basta con votar en contra, sino que se debe aceptar un acuerdo», insistió.
El Banco de Inglaterra advirtió hace meses que un Brexit sin acuerdo, el escenario más temido en medios empresariales británicos, sumiría al país en una grave crisis económica, con un aumento del desempleo y la inflación, desplome de la libra y del precio de la vivienda y casi el 10% de reducción del PIB.
En este contexto, el ejecutivo redujo el miércoles a 1,2% su previsión de crecimiento para 2019, que hasta ahora era de 1,6%, al tiempo que el ministro de Finanzas, Philip Hammond, advertía de que la economía británica sigue amenazada por «la nube de incertidumbre» que rodea a la salida británica de la UE.
Y es que, pese al resultado de la votación del miércoles en el Parlamento, un Brexit sin acuerdo sigue siendo la opción «por defecto», es decir que si llegada la fecha fatídica no se ha aprobado una solución alternativa, Reino Unido puede verse involuntariamente abocado a él.
«La solución al bloqueo actual está en Londres», dijo el presidente francés Emmanuel Macron dejando entrever la frustración que crece en la parte europea ante un bloque que atribuyen a la política interna británica.
En opinión del influyente negociador jefe europeo, Michel Barnier, Reino Unido debe decir a qué aspira en su futura relación con la UE, «cuál es su línea clara (…) incluso antes de una decisión sobre una eventual extensión».
Por su parte, la canciller alemana Angela Merkel insistió, durante una rueda de prensa en Berlín, en que lo más conveniente sigue siendo «para el interés común lograr una salida (británica) ordenada».