Todo indica que los militares y Jair Bolsonaro avanzan cada día un paso más hacia un golpe contra las instituciones brasileñas, a pesar de que en ciertas ocasiones parezca que deben dar un paso hacia atrás. Las últimas alarmas surgieron luego de que el presidente emitiera un comunicado advirtiendo que «las Fuerzas Armadas de Brasil no cumplen órdenes absurdas, como por ejemplo la toma del poder. Tampoco aceptan los intentos de toma del poder por otro poder de la República, violando las leyes, o a causa de un juicio político». El explosivo mensaje fue firmado también por el vicepresidente Hamilton Mourao y el ministro de Defensa, Fernando Azevedo, generales ambos.
El comunicado fue en respuesta a una medida cautelar del juez del Supremo Tribunal Federal, Luiz Fux, quien había señalado que las FFAA «no son un poder moderador» ante el conflicto entre poderes.
Fue una semana muy movida en Brasil, con muchos rumores sobre las estrategias del gobierno para sobrevivir frente a las investigaciones contra el mandatario que lleva adelante el STF por presunta obstrucción de la justicia. Es así que el titular de la cartera de Defensa se atajó de las críticas señalando en una entrevista con la revista Veja que “es ultrajante y ofensivo decir que las FFAA, y en particular el Ejército, van a dar un golpe”. Pero a renglón seguido lanzó una velada amenaza: “el otro lado (por la oposición) también tiene que entender lo siguiente: no tenses la cuerda».
La aceleración de los rumores militaristas se dio en medio de la crisis por la pandemia de coronavirus, que dejó más de 42 mil muertos y tiene a Brasil en el segundo lugar en fallecimientos tras EE UU luego de superar al Reino Unido.
Bolsonaro dijo esta semana a sus seguidores que si desconfían de los números del Covid-19 deben entrar a los hospitales y filmar, lo que ocasionó que los llamados “bolsominions” ingresaran a hospitales y sanatorios, discutieran e insultaran a los médicos. «Si tienes un hospital de campaña cerca, un hospital público, encuentra una manera de entrar y filmar», lanzó en una transmisión en vivo por Facebook el mandatario de ultraderecha, que desde hace algunos días viene cuestionando el número total de muertos por coronavirus en el país.
“Mucha gente está haciendo eso [filmando dentro de los hospitales] y más personas deberían hacerlo para mostrar si las camas están ocupadas o no. Si los gastos son compatibles o no. Eso nos ayuda», afirmó el mandatario, tras explicar que, de constatar irregularidades, los videos podrían ser analizados por la policía o los servicios de inteligencia.
Al mismo tiempo, Bolsonaro tuvo que recular en otra medida que levantó polémica, como la de que el gobierno tuviera la facultad de nombrar rectores en las universidades durante el período de pandemia.
La medida, emitida el martes, derivaba en la sustitución de todos los decanos y rectores cuyos mandatos terminaran durante la pandemia, por reemplazos asignados por el ministro de Educación, Abraham Weintraub. El procedimiento regular es que el ministro lidere de una terna definida por los votos de estudiantes, profesores y trabajadores de las universidades.
La subsecretaria de Salud, Paula Daza, reconoció el sábado que la discrepancia obedece a metodologías distintas que se aplican en el informe semanal a la OMS, que incluye decesos confirmados por covid-19 y casos sospechosos, mientras que el reporte diario incluye solo aquellos confirmados con prueba PCR (hisopado).