La Corte Suprema de Brasil le quitó al juez Sergio Moro la instrucción de las causas derivadas de la delación de los ex ejecutivos de Odebrecht referidas al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en la misma jornada en la que la defensa apeló ante ese tribunal la condena a 12 años y un mes de prisión por corrupción y lavado de dinero, por la que está preso desde el último 7 de abril.
La decisión fue tomada por la sala segunda del Supremo Tribunal Federal, que por 3 votos contra 2 decidió pasar a la justicia ordinaria de San Pablo los casos que investiga Moro sobe Odebrecht y Lula, al interpretar que los testimonios de los corruptores no tienen relación con los desvíos en Petrobras.
La decisión de la Corte hace lugar a diversos cuestionamientos sobre la competencia del juez Moro para llevar estas causas, que en relación a Lula se trata de supuestos beneficios que Odebrecht le dio cuando ya estaba fuera de la presidencia, como la reforma en una quinta en Atibaia, en el interior de San Pablo, propiedad de uno de sus mejores amigos, y la supuesta intención de compra de un terreno para el Instituto Lula, la ONG que comanda el líder opositor.
De esta forma, la delación de Odebrecht vinculada a Lula saldrá de la esfera del juez Moro, el magistrado que condenó a Lula en la primera instancia al atribuirle la propiedad de un departamento de la empresa constructora OAS como parte de sobornos al Partido de los Trabajadores.
Esta señal de la corte hacia Lula llega justamente el día en el cual su defensa apeló al máximo tribunal la condena a 12 años y un mes de prisión por corrupción y lavado de dinero.
«La pena puede atenuarse si llega a la corte», dijo el juez Gilmar Mendes, uno de los más críticos de Moro y abierto opositor al ex mandatario preso.
Lula da Silva está en el eje de la discusión política y jurídica del país, ya que sigue como favorito a vencer en las elecciones presidenciales de octubre, independientemente de si podrá o no presentarse, como consecuencia, justamente, de estas causas jurídicas.