Los candidatos presidenciales Gabriel Boric (izquierda) y José Kast (derecha) cerraron el jueves por la noche sus campañas pare el balotaje en Chile del próximo domingo con sendos actos multitudinarios. En ellos que apelaron ante sus seguidores a evitar el discurso de odio y la violencia por un lado, y la vuelta del comunismo por otro, respectivamente.
En el parque Almagro, a pocas cuadras del palacio presidencial de La Moneda, Boric enfatizó frente a miles de asistentes al último acto antes de la segunda vuelta, que todos los sondeos anticipan con resultado muy estrecho: «somos los herederos de los que han luchado por hacer de Chile un país más justo y digno». También aseguró que Kast, «sólo va a traer inestabilidad, más odio y violencia» a Chile.
«¿Alguien cree que una persona como él realmente podría traer orden para este país? Sólo va a traer inestabilidad, más odio y violencia. Nuestro camino es otro», abundó, en medio de una multitudinaria ovación. «El programa de Kast es realmente preocupante. El programa de Kast es realmente violento; es violencia contra la mujer, es violencia contra los pueblos originarios, es violencia con las diversidades y es violento contra los derechos humanos de todas y todos», agregó.
Boric prometió establecer las 40 horas de trabajo semanal (actualmente son 45), impulsar un «desarrollo verde», crear 500.000 empleos para mujeres y un sistema nacional de cuidados. También un cambio sustantivo al sistema privado de pensiones y al de salud, para que nunca más haya discriminación entre ricos y pobres, consignó la agencia de noticias AFP. «Nuestro camino es la paz. Para reencontramos con Chile necesitamos de justicia social y no de violencia. No hay fórmula más clara para la inestabilidad que dejar todo como está, que es lo que en definitiva propone José Antonio Kast», dijo Boric. «Vamos a hacer los cambios que Chile necesita pese a quienes se oponen, porque Chile lo viene reclamando desde hace muchos años», cerró.
En la primera vuelta del 21 de noviembre, Kast se impuso con 27,9% de los votos. Boric, que con 35 años alcanza la edad mínima para postular a la Presidencia, llegó en segundo lugar, con un 25,8% de los sufragios. Boric forma parte de la coalición Apruebo Dignidad, que reúne al Frente Amplio -del que él forma parte- y al Partido Comunista. En esta segunda vuelta, logró alinear detrás de su figura a todos los partidos desde el centro hacia la izquierda.
Por su parte, el candidato de ultraderecha y confeso pinochetista, en tanto, afirmó que «Chile no es ni será jamás un país marxista ni comunista». «El comunismo es el mismo en todo Chile y en todo el mundo. Son los mismos y no nos van a engañar. Con esos discursos de paz y amor no nos van a engañar. Les vamos a enfrentar, les vamos a dar frente, de cara, y con la razón, nunca con la violencia», dijo varios frente a miles de seguidores en un acomodado barrio capitalino.
Sus adherentes le vitorearon mientras decenas de banderas de Chile -y también algunas de Cuba y Venezuela-, ondeaban en la noche chilena tras horas de espera entre ritmos de cumbia y rancheras, para escuchar las últimas palabras del candidato ultraconservador. «La izquierda sólo promueve la pobreza, esa pobreza que ha arrastrado a Venezuela, a Nicaragua y a Cuba, donde las personas huyen de ahí porque esa narcodictadura sólo trae pobreza y miseria», enfatizó desde el escenario en un discurso repetido en toda la campaña electoral contra su adversario.
Kast acusó a Boric de mentir a los chilenos cuando les dice que la derecha y la ultraderecha apelan en su campaña a noticias falsas. «No le vamos a permitir que engañe a los chilenos de buena voluntad. La noticia falsa es usted, señor Boric. Nosotros hablamos con la verdad, hablamos de frente, no cambiamos nuestras convicciones», señaló enérgicamente. También repitió sus ideas claves a lo largo de toda la campaña, como la recuperación del orden y la lucha contra la violencia y la delincuencia. «Volver a recuperar la paz, el orden, el estado de derecho y sobre todo la dignidad en la vida de las personas», destacó tras presentar a su mujer y sus nueve hijos antes de comenzar su discurso. Admirador de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), Kast es contrario al aborto y al matrimonio igualitario y muy pocas veces pierde la compostura y mantiene siempre una sonrisa imperturbable pese a las críticas o los ataques que recibe.