Jair Bolsonaro anunció que volverá a Brasil el 30 de marzo, en medio del escándalo por joyas valuadas en 100 mil dólares que recibió de Arabia Saudita e intentó ingresar de contrabando a través de un ministro de su gestión y tuvo que devolver este viernes por orden del Tribunal de Cuentas. Bolsonaro, quien esta semana cumplió 68 años, habló desde Florida con la Record TV –perteneciente a la Iglesia Universal del Reino de Dios– para contar que piensa «trabajar en el Partido Liberal (PL) recorrer Brasil y hacer política para mantener en pie la bandera del conservadurismo». Bolsonaro se fue a Estados Unidos en diciembre para no tener que entregarle la banda presidencial a Lula da Silva el 1° de enero pasado.
El asunto de las joyas se suma a otras gemas valuadas en 3,5 millones de dólares interceptadas en la Aduana a la comitiva que encabezaba el exministro de Minas y Energía, el almirante Bento Albuquerque en octubre de 2021 y que, según el marino, estaban destinadas a la primera dama, Michelle Bolsonaro. Según el órgano fiscalizador del estado, como se trataba de un regalo, esas joyas, por ley, deben ser incorporadas al patrimonio nacional.
El caso recuerda a la Ferrari que el expresidente argentino Carlos Menem recibió de regalo de un empresario italiano en 1991 y de la que igualmente intentó apropiarse. La ley argentina también entiende que un regalo a un presidente en ejercicio lo es a la Nación y no a la persona que ocupa el cargo.
Esta semana la esposa del expresidente brasileño también cumplió años –41– y los celebró en un acto público lanzándose como titular de la rama femenina del PL, ninguneando la situación de las joyas árabes y citando la Biblia en Proverbios 31:10 al decir «que la mujer virtuosa es más preciosa que las piedras preciosas. Hoy las únicas joyas presentes son ustedes, mujeres que inspiran, que marcan la diferencia, que trabajan en la promoción del ser humano y que cambian realidades».
Atentos al desgaste de la figura de Jair Bolsonaro para gran parte de la sociedad brasileña, Valdemar Costa Neto, presidente del Partido Liberal, y Eduardo Bolsonaro, hijo del exmandatario y diputado paulista, intentan poner a Michelle Bolsonaro como un salvavidas político, aludiendo a una buena imagen de la exprimera dama.
En el reportaje al canal “amigo”, Bolsonaro afirmó que iba a devolver un paquete de joyas, las que efectivamente fueron entregadas este viernes al banco público Caixa Económica Federal, según confirmó a la agencia AFP el equipo de asesores del exmandatario. El Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) había ordenado la semana pasada su entrega y le dió cinco días al exmandatario para hacerlo. Las joyas, detalla AFP, son de la lujosa marca suiza Chopard.
Un primer paquete de la misma marca destinados a su esposa Michelle había sido incautado por la Aduana cuando el ministro y su equipo llegaron a Brasil y allí siguen, según la información disponible. «Yo supe de esto apenas un año después y mi esposa lo supo por la prensa. Ella no tiene nada que ver con esto», afirmó Bolsonaro a la Record TV. En esa entrevista, Bolsonaro también aludió a armas de fuego que le habían regalado las autoridades de Emiratos Árabes Unidos en 2019.
«No existe de nuestra parte ninguna intención de desaparecer con ese material. Ni con las armas», agregó Bolsonaro. En este caso, el material sí había sido declarado en ocasión de su paso por la Aduana. CNN Brasil mostró a los abogados de Bolsonaro llegando a la sede policial en Brasilia con un bolso negro donde se supone que estarían las armas en cuestión.
Bolsonaro, promotor de la libre portación de armas a civiles, lamentó más tener que devolverlas que el incidente con las joyas. «Confieso, con dolor en mi corazón, que voy a entregar las armas, pagaría lo que no tengo de mi bolsillo por aquellas dos armas pero no vamos a crear una polémica en este asunto», dijo a la TV evangélica. «
Informe: Ricardo Romero
¿Un Al Capone brasileño?
Manuela D’Ávila, la dirigente comunista que fue candidata a vicepresidenta en 2018 acompañando la fórmula de Fernando Haddad cuando Lula estaba preso y proscripto, fue aquella vez el centro del ataque misógino y ultraderechista del bolsonarismo. Ahora, de visita en Buenos Aires, dijo a Tiempo que «Bolsonaro va a acabar preso por el caso de las joyas, casi como una especie de Al Capone, que pudo cubrir casi todos sus fraudes protegido por los poderes públicos y cayó por una situación de contrabando».
Sobre Michelle Bolsonaro dijo que el expresidente «la coloca en su esquema de corrupción, sosteniendo que las joyas eran para ella y ella toma la opción de proteger a su esposo. Ella sabe con quién se relaciona y ahora se proyecta políticamente».