El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro asegura sentirse víctima de una persecución después de que la Policía Federal lo haya señalado como cabeza de una trama golpista -en la que incluso se urdió el asesinato del presidente Luiz Inácio Lula da Silva- y no descarta buscar refugio en una embajada.
«Por lo que he visto en la historia del mundo, quien se ve perseguido puede ir a una embajada«, ha deslizado Bolsonaro, quien ya pasó dos noches en febrero dentro de la sede de la legación húngara cuando se le retiró el pasaporte, en el marco de esta investigación por su supuesta implicación en un golpe de Estado en 2022.
Bolsonaro se ha defendido alegando que si hubiera tenido algo que esconder, no habría vuelto de Estados Unidos en 2023, después de que hubiera viajado hasta allí para pasar la Navidad en vísperas de la toma de posesión de Lula.
«No habría vuelto», dijo Bolsonaro en una entrevista para el portal UOL. «Ahora no puedo ir a dormir sin preocuparme que la Policía va a entrar en mi casa pronto por la mañana (…) Estoy corriendo riesgos sin deber nada», protestó.
Bolsonaro niega tener ningún tipo de relación con la investigación de la Policía, a la que acusa de «hacer todo aquello que desea» el juez del Tribunal Supremo Alexandre de Moraes, quien se encarga del caso y otro de los objetivos de esta trama golpista.
«¿Pero qué plan es ese? ¿Dar un golpe con un general en la reserva, tres o cuatro oficiales y un agente de la Policía Federal? ¿Qué locura es esa?», ha cuestionado, en referencia a los sospechosos detenidos por tramar el asesinato de Lula, el vicepresidente Geraldo Alckmin y De Moraes.
Bolsonaro reconoció que se reunió con altos mandos de las Fuerzas Armadas para «hablar» sobre ciertos artículos de la Constitución para «discutir de nuevo el proceso electoral», al considerar que el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE) en ese momento, el juez De Moraes, estaba siendo «arbitrario».
«Esto se discutió con varias personas y no fue una discusión muy acalorada, porque rápidamente, ‘mire, olvídese, lo correcto es presentar una petición al TSE’. Pero la arbitrariedad estaba presente en el presidente del TSE», relató.
Por último, Bolsonaro ha persistido en su idea de ser candidato para 2026, a pesar de su inhabilitación por parte del TSE por abuso de poder político y económico, así como por uso indebido de los medios de comunicación del Estado para atacar sin pruebas la credibilidad del sistema electoral brasileño.
«Lo voy a ser, soy un ciudadano. Soy un reo sin crimen. He sido condenado sin haber cometido ningún crimen», protestó.
BB con Europa Press