El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, pidió «justicia sin exageraciones» para los policías involucrados en la muerte de un hombre asfixiado con gas tras ser colocado en el baúl de un patrullero.
«Se hará justicia en ese caso, con toda seguridad, todos queremos eso», dijo el mandatario en una conferencia de prensa en la ciudad de Recife, en el noreste del país, luego de un sobrevuelo sobre el área afectada por un temporal que provocó la muerte de, al menos, 91 personas.
Pero «sin exageraciones y sin presión de los medios, que siempre tienen un lado: el lado de los delincuentes», añadió Bolsonaro.
La muerte de Genivaldo de Jesús Santos, de 38 años, indignó a gran parte de la sociedad brasileña.
El hombre fue controlado el miércoles pasado por agentes de la Policía Federal de Carreteras (PRF, en portugués) mientras conducía su motocicleta en Umbauba, una pequeña localidad del estado de Sergipe, en el noreste de Brasil.
Santos, que padecía esquizofrenia y no estaba acusado de ningún crimen, según la prensa, murió tras ser colocado en el baúl de un vehículo policial del que salía una espesa humareda, según un video de una testigo que se viralizó en las redes sociales y medios.
Bolsonaro dijo que lamentaba «lo sucedido» y defendió a la PRF al asegurar que «no se puede generalizar todo lo que sucede en Brasil» y que la fuerza «hace un trabajo excepcional».
La PRF alegó que los agentes usaron «técnicas de inmovilización e instrumentos de bajo potencial ofensivo» ante la «agresividad» del hombre durante el control rutinario de carretera.
En el video de la testigo se observa a dos oficiales de la PRF intentando encerrar en el baúl a Santos, cuyas piernas sobresalen. Del compartimento sale un humo blanco, mientras el hombre agita las piernas y luego se queda inmóvil. Después, los oficiales doblan sus piernas y cierran el maletero.
La fuerza informó el jueves que apartó a los agentes involucrados en lo ocurrido, en tanto que el Ministerio Público Federal abrió un proceso civil y otro criminal.
El suceso conmocionó al país y la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) expresó su «consternación».
Una investigación de la cadena televisiva Globo mostró ayer que en los últimos 12 años hubo al menos 18 hombres, en seis estados de Brasil, que relataron haber sido encerrados en patrulleros policiales y haber recibido gas pimienta, una suerte de «cámara de gas» similar a la que condujo a Genivaldo a la muerte.