El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, minimizó este lunes el asesinato de un dirigente del opositor Partido de los Trabajadores por parte de un policía penitenciario federal bolsonarista, al calificarlo como una «pelea entre dos personas». El hecho se produjo cuando el funcionario policial irrumpió en la fiesta de cumpleaños de la víctima en Foz de Iguazú, estado de Paraná, fronterizo con la provincia de Misiones, al que asesinó con tres disparos de arma de fuego. Además, el mandatario brasileño se refirió a la oposición como «zurdos podridos» y reivindicó el acceso de la población civil a tener armas para «ser un país libre», durante una conversación con seguidores en el Palacio de la Alvorada, la residencia presidencial.
«Ustedes vieron lo que pasó, una pelea de dos personas, en Foz de Iguazú, dicen que fue un bolsonarista y no sé qué más», afirmó el presidente de ultraderecha, quien acusó a los medios de no hablar del ataque que sufrió en la campaña de 2018, cuando fue acuchillado por un hombre, Adelio Bispo, que está internado por haber sido declarado inimputable por problemas mentales. «Nadie está diciendo que Adelio es afiliado al PSOL» (Partido Socialismo y Libertad), se quejó. Es que si bien Bispo había sido afiliado en 2014 al PSOL, la Policía Federal determinó que nunca había tenido actividad partidaria, que descartando que existiera instigación política por el ataque contra Bolsonaro.
De esta forma, el presidente minimizó el homicidio perpetrado por el policía federal penitenciario Jorge Guaranho, que invadió la fiesta de cumpleaños 50 del guardia municipal Marcelo Arruda, tesorero del Partido de los Trabajadores en Foz do Iguazú, que se realizaba en el salón de un club social. Al grito de «Aquí es Bolsonaro, hijos de puta», Guaranho disparó tres tiros contra Arruda, que respondió con su arma reglamentaria de guardia municipal, hiriendo a su agresor. El motivo de la irrupción violenta para cometer el ataque fue que Arruda tenía una remera con la cara de Lula y la decoración de su fiesta de cumpleaños era sobre la temática de los colores del PT. Guaranho, quien tenía en sus redes fotos con Eduardo Bolsonaro, está en terapia intensiva tras haber recibido cinco disparos por parte de su víctima.
Jair Bolsnaro, candidato a la reelección en las elecciones del 2 de octubre, para las cuales el expresidente y candidato opositor Luiz Inácio Lula da SIlva aparece liderando las encuestas, había culpado el domingo por la noche a la izquierda por la violencia en el país. Bolsonaro, también, afirmó que «Brasil se va a terminar si vuelve la gavilla de Lula» y defendió que la población se arme, al recibir a delegados de la entidad PRO-Armas, que hizo una manifestación en Brasilia. «Estamos unidos con un objetivo. Las armas son libertad, seguridad y la garantía de una nación. Estados Unidos tiene el mayor ejército del mundo y también las autorizaciones para la compra de armas. Acá logramos duplicar las licencias de ventas de armas de fuego», dijo Bolsonaro.
En ese entido, el mandatario volvió a fustigar al Tribunal Superior Electoral por no permitir que las Fuerzas Armadas tengan participación en el escrutinio de las elecciones del 2 de octubre y ratificó que invitará a unos 150 embajadores extranjeros para exhibir un documento sobre el funcionamiento de las urnas electrónicas. «La libertad está siendo azotada por quien tiene que defender la Constitución», sostuvo Bolsonaro, al citar a tres jueces del Supremo Tribunal Federal, Luiz Barroso, Edson Fachin y Alexandre de Moraes. El preseidente dijo que está dispuesto a convocar a partidos y autoridades legislativas para discutir la transparencia en las elecciones. «Estoy abierto a todos, invito a todos menos a los zurdos podridos».