Jair Bolsonaro busca consolidar la alianza derechista con Donald Trump en un encuentro se diría que íntimo con el mandatario estadounidense en su centro turístico de Florida, Mar-a-Lago, donde tratarán como tema central una nueva ofensiva contra el gobierno de Nicolás Maduro y la firma de un acuerdo de defensa con el Comando Sur del Pentágono.
El presidente brasileño, que viene complicado con la economía del gigante sudamericano en su primer año de gestión, trata de hallar en el exterior los apoyos necesarios para consolidarse como líder conservador en la región. Fronteras adentro de Brasil, las políticas neoliberales emprendidas con la batuta de su ministro de Economía, Paulo Guedes, mostraron un escuálido crecimiento de 1,1% en el PBI, lo que en términos reales equipara la tasa de crecimiento demográfico de la población. Es así que la oposición calificó a este PBI como un “pibiño”, una calificación que golpea en el centro de las promesas que tanto el “Chicago Boy” al frente de la cartera económica como los estrategas de campaña habían planteado antes de los comicios de 2018.
El malestar del oficialismo ante este magro resultado se refleja en que, buscando culpables, llegan a responsabilizar a Dilma Rousseff, que fue destituida en 2016. Desde oficinas del Banco Mundial y el BID le habían tirado un centro al ministro Guedes, al señalar que la baja también se podría deber en los últimos meses a las consecuencias del coronavirus en todo el mundo.
A nivel internacional, la ofensiva sobre Venezuela se inició el jueves, cuando Brasilia ordenó retirar sus diplomáticos de Caracas y pidió que se fueran los representantes del gobierno chavista de Brasil. La visita a Florida se entiende en el marco de la invitación de Trump a su emprendimiento, una forma de hacerle propaganda. Pero también porque en ese estado están gran parte de las mayores inversiones de brasileños en el exterior.
Este domingo, Bolsonaro, un excapitán del Ejército brasileño, irá a Doral, Miami, donde se asienta el cuartel del Comando Sur, las fuerzas militares que vigilan el Caribe y América Central y del Sur.
Allí firmará un acuerdo para “proyectos de investigación, prueba y evaluación” con el almirante Craig Faller, un belicoso comandante que no ve la hora de iniciar acciones armadas contra las tropas bolivarianas.
Y ya que va a estar en EE UU, participará de un seminario empresarial, donde espera encontrarse con los directivos de la fabricante de autos eléctricos Tesla, a quienes pretende convencer de abrir una planta productora en Brasil. «