La intervención del candidato a vicepresidente, David Choquehuanca, fue (y será) una pieza clave para conciliar posiciones dentro del amplio movimiento que conforma el MAS-IPSP, partido del líder sindical y tres veces presidente, Evo Morales. De cara a las elecciones del 3 de mayo en que acompañará al exministro de Economía y candidato presidencial, Luis Arce, autor del «milagro económico boliviano», Choquehuanca ha tenido una gravitación fundamental para lograr que las bases del numeroso sector campesino acepten y apoyen la fórmula propuesta por el encuentro de líderes realizado el 19 de enero pasado en Buenos Aires, a la que en principio habían tomado como una «imposición». La participación de Choquehuanca en un encuentro ampliado de los movimientos rurales en el municipio de Huarina, departamento de La Paz, de donde es oriundo, fue fundamental para la decisión de los asistentes, que habían rechazado el binomio propuesto y en cambio pedían que Choquehuanca, canciller de Morales durante casi tres períodos, fuera el candidato a presidente acompañado por el joven dirigente cocalero y politólogo, Andrónico Rodríguez, a quien se considera una suerte de entenado político de Evo.
En un documento firmado a poco del anuncio en Buenos Aires, las organizaciones de la Federación Departamental Única de Trabajadores Campesinos de la Paz sostenían su proclamación «al binomio David Choquehuanca y Andrónico Rodríguez (…) bajo convocatoria de todas las organizaciones sociales del departamento de La Paz y nacional».
El texto, al que accedió Tiempo, advertía que se declaraba «el estado de emergencia y vigilia permanente por querer imponer este 19 de enero al candidato elegido por el entorno político del hermano Evo».
En el acto del jueves en Huarina, Choquehuanca reflexionó ante una numerosa audiencia de líderes campesinos que «no hay que pensar en nosotros y en nuestro sector, hay que pensar en Bolivia, hay que pensar en nuestra democracia». Con un discurso que mezclaba el castellano con la lengua aymara y reflejaba un alto poder de convencimiento, Choquehuanca afirmó que «si ya está tomada la decisión entonces vayamos, porque si vamos a seguir discutiendo la derecha va a seguir gobernando». Según un video el acto enviado a este diario, el dirigente advirtió que «la derecha nos quiere dividir y la derecha va a hacer fiesta si nosotros nos dividimos». Uno de los elementos que permitieron calmar los ánimos del sector rural fue la confirmación de que se tiene el aval del liderazgo central para que las regiones elijan a sus candidatos a diputados y senadores, en lugar de lo que llamó «dedazo». Este reclamo se advirtió en los presentes, que pedían candidatos «orgánicos» para aspirar a los escaños legislativos. «Ya no tiene que haber dedazo, hermanos, para senadores y diputados, se tiene que respetar», dijo. Otra razón esgrimida por Choquehuanca fue el otro dirigente propuesto por el campesinado había aceptado inmediatamente la fórmula. Andrónico faltó a la reunión previa al anuncio del binomio. Estaba prevista su participación pero a última hora envió un mensaje de disculpas argumentando «situaciones ajenas a mi voluntad». Sin embargo, como adelantándose al anuncio, aseguró adherir «a todas y cada una de las conclusiones y compromisos que se vayan a determinar en esa reunión». Y agregó que «la unidad será arma letal para lograr grandes victorias y bajo este principio nuestro compromiso con este proceso no es por candidaturas sino por convicción». Días después dijo que lo único importante era «recuperar la democracia».
En el acto del miércoles en el estadio de Deportivo Español, Evo pareció adentrarse en la interna de su movimiento político, cuando señaló: «Si no hay división y no hay traición, nunca puede volver el neoliberalismo». Según dirigentes del MAS consultados por Tiempo, la articulación de Choquehuanca será entonces clave hasta el día de las elecciones. En principio, ya logró mitigar las ansias de los campesinos concentrados en la ciudad de El Alto, de gran protagonismo en los últimos años y también en la masacre generada por la represión tras el golpe de Estado del 10 de noviembre.
Consciente de ello, Arce lo llamó «uno de los grandes líderes indígenas que tiene nuestro instrumentos y juntos construiremos el camino y cumpliremos el desafío que nos está encomendando el instrumento político». Tal vez por esa misma razón y para cumplir con esa misión, Choquehuanca no asistió ni al acto de proclamación ni a la conmemoración de los 14 años del Estado Plurinacional de Bolivia, donde sí estuvo Arce. Horas después el candidato presidencial dejó la Argentina y tenía previsto regresar a México, donde se encuentra residiendo gracias un salvoconducto otorgado por el gobierno de facto. «
Áñez, Mesa y Camacho: la derecha desunidaLa presidenta de facto de Bolivia, Jeanine Áñez, finalmente accedió al «clamor» lanzado principalmente por su ministro de Interior y anunció que se postulará para la presidencia en las elecciones del 3 de mayo. La postulación podría ser una buena señal para el MAS-IPSP la fuerza que responde a Evo Morales y sus candidatos, Luis Arce y David Choquehuanca, ya que refleja la imposibilidad de formar un frente de derecha con los otros interesados en acceder al poder: Carlos de Mesa y Luis Fernando Camacho. «La dispersión de voto y de candidaturas me han llevado a tomar esta decisión; respetamos a quienes no se unieron», confirmó Áñez.
Con esta candidatura en marcha, algunos militantes del espacio de Evo temen que se puede profundizar el proceso de judicialización contra líderes del partido, como ya ocurre con los que se encuentran asilados o refugiados en otros países, como Argentina y México. “Lo que se viene es que van a tratar de impugnar a todos los candidatos que puedan”, lamentó un dirigente desde La Paz.
Antes del anuncio, e incluso de la proclamación del economista Luis Arce como sucesor de Evo, una encuesta del diario Página Siete de principios de enero ubicaba al MAS al frente de la intención de voto con el 20,7%, y a Áñez, con un 15,6%. El aspirante y expresidente Mesa, principal opositor en octubre, se ubicaba tercero con un 13,8%.
Por su parte el MAS divulgó unos sondeos muy optimistas que mostraban una diferencia de 80 puntos a 20 a favor de Arce, compitiendo con Mesa. «