Este martes se definirán candidaturas en localidades clave para las elecciones “subnacionales” en Bolivia, en las que se elegirán el próximo 7 de marzo gobernadores, alcaldes y concejales. Pasado el conflicto de Cochabamba, en el que volaron hasta sillas plásticas (una de ellas impactó en la cabeza de Evo Morales, sin ocasionarle daño) como protesta extrema por la designación de algunos candidatos destinados al departamento de Santa Cruz, el oficialismo buscará contener a las bases que conforman su amplio movimiento y presentará las propuestas de candidatos surgidos del consenso. Se trata del exdiputado Franklin Flores, quien será el elegido para competir por el distrito de La Paz, y del exfuncionario César Dockweiler, gerente de la empresa pública del teleférico en tiempos de Evo, que se presentará para encabezar la alcaldía de la ciudad capital.
Las candidaturas deberán ser refrendadas en el encuentro del MAS y sus organizaciones sociales. Según adelantó el viernes el diputado masista Andrés Flores, “va a haber una convocatoria en el departamento de La Paz, ahí se va a consolidar quién va a ir a la gobernación”. Flores añadió que las cinco organizaciones que tienen los departamentos de La Paz, El Alto y La Hoyada “tienen que dar el visto bueno de quiénes van a ser los candidatos”. El diputado completó que “cada organización tiene sus postulantes”. Por eso el martes se anunciarán oficialmente los propuestos por la cúpula y a la vez quiénes buscarán ocupar un escaño en los concejos de La Paz y El Alto, además del candidato a alcalde de esta última localidad.
Esta semana, el propio Evo anunció que las candidaturas de Flores y Dockweiler estaban “casi” consensuadas. Pero se iba a delegar a dirigentes partidarios la conformación de las demás listas y candidaturas.
Durante las últimas semanas, el expresidente recorrió distintas regiones del país para encontrarse con los referentes de cada sector y llegar a consensos en cuanto a los candidatos elegidos, aunque algunos sectores del partido pidieron no “elegir a dedo” a sus representantes. Una demanda similar a la que se registró durante los días convulsionados en que Evo estaba exiliado en la Argentina y se decidía el binomio que participaría de las elecciones presidenciales. En aquella oportunidad, le cuestionaron a Evo su inclinación por llevar como candidato principal a Luis Arce, secundado por David Choquehuanca. El contundente resultado del 55,1% le dio la razón.
Más allá de eso, el expresidente optó por correrse de esa posición. “Quiero decir a la audiencia que con los viajes que hice perdí mucho tiempo, ahora decidí que el vicepresidente del MAS-IPSP, el hermano Gerardo García, haga la última planificación para delegar a algunos compañeros, dirigentes del MAS junto a otros dirigentes nacionales, para que puedan ayudar a hacer las nóminas para candidatas y candidatos”, dijo.
El lunes, durante una asamblea en el bastión cocalero de Cochabamba, quedaron al desnudo los desacuerdos internos. Evo conducía una reunión de militantes del MAS en el Chapare, a pesar de que la presentación era sobre candidatos para la gobernación de la región oriental de Santa Cruz, entre los que se encuentra su exministro de Gobierno, Carlos Romero y el periodista Pedro García.
Fue entonces cuando arrancaron las protestas de más de un centenar de asistentes, que comenzaron a lanzar objetos hacia la parte delantera, donde Morales estaba sentado junto a otros dirigentes. Primero tiraron una silla de plástico contra Romero y luego otra contra Morales, a quien le impactó en la cabeza, sin causarle lesiones, según videos divulgados en las redes sociales. Tras el incidente, el MAS decidió «la expulsión definitiva con ignominia del MAS de todos los implicados e identificados en estos actos de indisciplina orgánica, en toda función de dirigentes en la estructura».
Evo, además, culpó a «infiltrados» de los incidentes ocurridos en la asamblea del MAS, donde nunca había sido cuestionado su liderazgo. «Denunciamos que la derecha golpista trata de destruir la unidad del MAS enviando infiltrados para generar violencia en nuestros ampliados», escribió en Twitter.
Las elecciones subnacionales terminarán de completar el mapa político del país que acaba de salir de la crisis tras el golpe contra Evo y el gobierno de facto de Jeanine Áñez. Una cantidad de gobernadores afines puede significar un nuevo espaldarazo para el gobierno de Luis Arce, que aún goza de la popularidad que arrastra desde su triunfo electoral del 18 de octubre. Se verá si aún se mantiene la tendencia. «