Si bien el general Williams Kalimán, comandante de las FF AA de Bolivia, fungió como portavoz de la “sugerencia” de renuncia a Evo Morales en noviembre de 2019, quién coordinó los operativos políticomilitares era Gonzalo Terceros, comandante de la Fuerza Aérea.
Con el propósito de adherir a una condena mínima (tres años de cárcel), Terceros recuperó la memoria de manera súbita, acogiéndose a un juicio abreviado en el que admitió su culpabilidad por resoluciones contrarias a la Constitución e incumplimiento de deberes.
Aunque apenas transponga las puertas del Penal de Palmasola de Santa Cruz enfrentará el juicio que acaba de instaurarle el Ministerio de Gobierno por tráfico de armas con la Argentina, entonces gobernada por Mauricio Macri.
En julio de 2021 Terceros fue detenido y declaraba no recordar nada, cuando es sabido que trató de evitar que Morales y Álvaro García Linera, ya renunciados, abordaran el avión presidencial que debía trasladarlos de La Paz hasta Chimoré, donde lo esperaban campesinos cocaleros para protegerlo.
Las actuaciones de Terceros fueron determinantes para la consolidación de la presidencia de facto de Jeanine Áñez, a quien le facilitó el helicóptero para que aterrizara en el Colegio Militar de La Paz, para reunirse con Luis Fernando Camacho, presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz que se encontraba en la sede de gobierno una vez conseguido el objetivo de la dimisión de Morales, en gran medida fogoneado por el ahora gobernador cruceño, que fue el primero en pedir la renuncia de Evo.
En ese clima, mientras Áñez se reunía con Camacho, Terceros comandaba las operaciones de sobrevuelos rasantes de aviones de combate sobre La Paz y Oruro que amedrentaban a pobladores civiles, opuestos a la salida de Evo del gobierno.