El Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia estableció que en 2019 nunca hubo vacío de poder, por lo que la “sucesión” de Jeanine Añez fue inconstitucional: no sólo sí hubo un golpe que provocó la renuncia de Evo Morales, sino que la “autoproclamación” de Añez no tuvo sustento legal ni constitucional alguno.
La importante noticia se conoció en Bolivia, horas después del sorprendente wiphalazo que encabezó el actual mandatario Luis Arce, en varios distritos del país, incluso en Santa Cruz de la Sierra, el alma de la Media Luna, en el oriente boliviano donde se concentra el conservadurismo y el separatismo. La movida tiene, justamente, una mirada contrapuesta con la que provocaron la semana anterior, sectores y protagonistas del golpe de 2019, por caso el Comité Cívico Pro Santa Cruz; el ahora gobernador Luis Fernando Camacho, el excandidato presidencial de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, y el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, quienes impulsaron un paro nacional, efectuado el 11 de octubre, para resistir al gobierno nacional y en contra de su política económica. En esas manifestaciones, entre otros episodios, la wiphala fue agraviada por seguidores de Camacho.
La respuesta fue una muy masiva demostración de apoyo al símbolo patrio: decenas de miles de bolivianos, en más de nueve departamentos del país. Arce participó de tres de esos actos, en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. “El golpismo no pasará, aquí está el pueblo para defender su democracia”, aseguró. También que el «pueblo boliviano, una vez más, le dio una lección a la derecha golpista, asesina, antidemocrática. El golpismo quería parar y el pueblo boliviano le dijo ‘A trabajar’”. Sólo en La Paz, miles de banderas en manos de representantes de organizaciones sociales y de ciudadanos comunes descendieron desde El Alto hasta la plaza San Francisco: extraordinaria reivindicación de la whipala.
Por su parte, Evo Morales, aseguró que “ha empezado el separatismo desde Santa Cruz” y mencionó el hecho que la Asamblea Legislativa de ese departamento aprobó una ley para designar autoridades regionales de competencia nacional. “Solo falta que elijan al comandante de las Fuerzas Armadas y de la Policía. Este es el inicio del separatismo nuevamente. Pero el pueblo boliviano nuevamente derrotará a los separatistas”.