La pregunta es si esa denuncia se condice con la operación, ya muy clara que apunta a desestimar la postura del gobierno de Luis Arce de investigar a fondo los hechos devenidos del golpe de Estado producido en 2019 y que significó la salida de la presidencia y del país de Evo Morales y la asunción de Añez.
Esos fueron los últimos movimientos en una semana movida para el nuevo gobierno, ya que se planteó un durísimo cruce con la OEA, en la figura de su secretario general, Luis Almagro, quien descalificó el proceso judicial boliviano en el caso golpe de Estado. Ante el exabrupto del uruguayo quien durante las elecciones previas al golpe, fue partícipe de la operación para desacreditar esas compulsas e instalar la idea de fraude, ahora, la cancillería boliviana convocó a los países miembros de la OEA a “defender la Carta del organismo internacional de no intervención”. Almagro había pedido el pasado lunes la liberación de la expresidenta de facto y de sus ministros. En respuesta, el gobierno de Arce lo acusó de representar «posiciones que denotan injerencia e intromisión en los asuntos internos» y adelantó que iniciará acciones legales.