La cifra de muertos por los deslaves e inundaciones en la costa atlántica del estado brasileño de San Pablo, a raíz de las lluvias récord del domingo pasado, ascendió este miércoles a 48, mientras los socorristas continúan la búsqueda de desaparecidos bajo las montañas de lodo sobre todo en la ciudad balnearia de Sao Sebastiao, uno de los paraísos del turismo de la región.
Así lo informó este miércoles un comunicado del gobierno del estado de San Pablo, que indicó que 47 fallecidos pertenecen al municipio de Sao Sebastiao y el restante a Ubatuba.
Tres niños fueron rescatados en la noche del martes por parte de los agentes de Defensa Civil en medio del lodo y luego de tres días de búsqueda.
El domingo, en 24 horas, llovió más de 660 milímetros en el litoral norte de la costa de San Pablo,, el doble de lo esperado para un mes lluvioso como febrero: fue la lluvia más copiosa de la historia de Brasil desde que se tiene registro.
Según el comunicado, hay 28 personas internadas, entre ellas seis niños, de las cuales 10 están en estado grave; y se estima que existan al menos 40 desaparecidos.
El litoral norte estaba colmado el domingo a raíz de la afluencia turística por el feriado largo de Carnaval. La situación es caótica hasta hoy porque gran parte de las rutas han desaparecido bajo las montañas de lodo provocadas por los derrumbes de la Sierra del Mar.
La mayor parte de las víctimas son residentes locales que vivían en barrios que fueron apareciendo en las laderas de la Sierra del Mar y que trabajan para servir al turismo de los paulistas en exclusivas playas como Barra do Sahy, Camburi, Baleia, Barra do Una y Juquehy, todas en Sao Sebastiao
Incluso, durante tres días quedaron aislados los habitantes de Maresías, la principal estación de surf de la región sudeste de Brasil.
Ante esta situación, el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da SIlva dispuso la liberación de recursos previstos en el presupuesto de su gestión para desastres naturales y convocó a la intendencia de Sao Sebastiao para retirar a las personas de los lugares de riesgo y montar una planificación de viviendas populares.
Asimismo, la Marina montó un puerto móvil en la región para permitir la salida del lugar de personas que están atrapadas en los balnearios a raíz de que no existen más caminos o sus automóviles se encuentran bajo el agua.