El gobierno boliviano de Luis Arce enfrenta una áspera discusión interna con su partido, el MAS-IPSP, cuya cúpula lo acusa de llevar adelante políticas “neoliberales”, admitir o no erradicar prácticas de corrupción y de entorpecer el movimiento interno partidario, con dirección última a “proscribir” el liderazgo del expresidente Evo Morales.
La posición del partido se conoció a través de un duro documento que lleva la firma del propio Evo, entre las de una veintena de dirigentes. La disputa se da en días en que el gobierno dispuso la posibilidad de vender hasta el 50% de sus reservas de oro para atenuar la escasez de dólares, uno de los principales obstáculos económicos que atraviesa el país.
Desde el sector de gobierno niegan los cargos y aseguran que existe un ala dura partidaria que busca acelerar el debate interno de cara a las elecciones de 2025. A la vez, algunos dirigentes consultados y con opinión en medios, aseguran que el sector autodenominado “radical” del MAS-IPSP busca profundizar “por izquierda” la gestión, haciéndole “un flaco favor a la derecha”. Estas voces aventuran –en off the record– que el propio Evo Morales está “mal asesorado” por estos dirigentes, aunque por el tono de sus declaraciones en redes sociales, parece acordar con lo expuesto a nivel partidario.
El documento sugiere que el presidente Arce, exministro de Economía de Evo, se apartó del llamado “Proceso de Cambio” impulsado desde la primera presidencia del MAS, al dictaminar que “se recomienda al gobierno de Luis Arce, rectificar las conductas negativas en contra del MAS-IPSP, deje de lado las practicas neoliberales como son las prebendas y el chantaje del presupuesto y proyectos”. A su vez, afirma que “los militantes leales de base, están decididos a defender la revolución Democrática cultural, frente las arremetidas por el vicepresidente (David) Choquehuanca, presidente Luis Arce y algunos Asambleístas Nacionales traidores que pretenden proscribir al MAS-IPSP y el liderazgo del Hno. Evo Morales” y acusa que, ante “las diferentes denuncias de corrupción, lamentablemente no se escucha ni se asume medidas por el gobierno, mucho menos los encargados del Poder judicial que muestran una total dejadez en transparentar todos estos hechos delincuenciales”.
Además exige “priorizar e implementar proyectos sociales en beneficio de los sectores más necesitados en la presente gestión y concluir todos los proyectos que estaban en ejecución antes del golpe de Estado bajo Decretos”. Finalmente “deslinda responsabilidad de las políticas públicas promovidas por el gobierno de Luis Arce y que no están acordes a los principios ideológicos del Instrumento Político”.
Presidente en acción
Esta semana, el presidente Arce encabezó el acto por el 15 aniversario de la nacionalización de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel), en Sucre. Allí aseguró que hay intentos de desestabilizar su gestión de gobierno ya que “el Modelo Económico Social Comunitario Productivo sigue siendo el pilar que sustenta el Proceso de Cambio y continúa dando buenos resultados pese a quien le pese”, afirmó quien fuera señalado durante sus días de ministro como el artífice del “Milagro boliviano”.
“Hay que recordar que lo peor que podíamos hacer es atentar contra quienes generan los recursos para la redistribución, como nuestro sector de hidrocarburos, como nuestro sector de comunicaciones y otros que generan el excedente económico, que se redistribuye en la población y que garantiza el bono Juancito Pinto y la Renta Dignidad”, agregó en referencia a dos programas sociales dirigidos a adultos mayores y a estudiantes de bajos recursos.
En otro sentido, una ley sancionada este viernes le permitiría llevar adelante la decisión de vender hasta el 50% de sus reservas de oro, para atenuar la escasez de dólares. El gobierno informó que el mandatario dio curso legal a la norma. Sus reservas llegan a un total de 43 toneladas métricas. Por supuesto que la oposición planteó sus reparos.
Por otra parte, en los últimos días, el presidente recibió el apoyo explícito de organizaciones gremiales y campesinas que destacaron su trabajo intenso “por el mejor vivir de todos los bolivianos”.
El debate sigue abierto.