Comerciantes y trabajadores de servicios públicos de Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén levan a cabo un paro general en apoyo en a 1.500 presos palestinos en cárceles israelíes que cumplen su undécimo día en huelga de hambre.
«La huelga ha sido un éxito y afecta a Israel», dijo Isa Qaraqe, presidente de la Comisión de Asuntos para los Prisioneros y ex prisioneros y ministro palestino, durante una concurrida marcha en Ramallah, la capital cisjordana, que recorrió la distancia entre la plaza Yasser Arafat y la de Al Manara.
Las tiendas, bancos, fábricas y todas las instituciones públicas de los territorios palestinos permanecieron cerrados y tuvieron un inusual seguimiento en la zona oriental de Jerusalén, incluida la Ciudad Vieja, donde no siempre es visible este tipo de paros.
El transporte público también se vio afectado y se redujeron las rutas que conectan los territorios palestinos y Jerusalén.
En Jericó, Ramallah, Hebrón y Gaza, decenas de personas levantaron tiendas improvisadas uniéndose al reclamo, de los prisioneros y cientos de simpatizantes iniciaron en el enclave costero una huelga de hambre simbólica de un día, en el que solo tomarán agua y sal como los prisioneros.
Además se produjeron enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelí en el campo de refugiados de Yazalon, en el puesto de control de Qalandia que une Jerusalén con Cisjordania y cerca del cruce de Beit El, en territorio cisjordano ,sin reportar heridos.
En este contexto político social, la movilización se celebra un día antes de la convocatoria «Día de la Ira» también en solidaridad con los prisioneros palestinos.
En la ciudad de Belén, como mecanismo de apoyo, varias entradas fueron bloqueadas con rocas y neumáticos, mientras palestinos enmascarados recorrieron toda la ciudad hablando con los lugareños de la importancia de comprometerse a la huelga.
El 17 de abril, el líder del partido nacionalista Al Fatah, Marwan Barghouti, hizo un llamado para iniciar una huelga de hambre indefinida en las cárceles israelíes que hasta el momento siguen aproximadamente 1.200 encarcelados, según el Servicio de Prisiones de Israel.
La Comisión de Asuntos de los Prisioneros y Exprisioneros eleva a unos 1.500 los seguidores del ayuno, denominado «Huelga por la Libertad y la Dignidad» y que exige la mejora de sus condiciones, fin de situaciones de aislamiento y el aumento de las visitas de familiares.