En la sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos, el Secretario General Luis Almagro no solo desconoció el golpe que forzó la renuncia de Evo Morales a la presidencia de Bolivia, sino que afirmó que en realidad hubo un “autogolpe” que se hizo a sí mismo el presidente del MAS al cometer, en sus palabras “el fraude electoral del 20 de octubre”.
La sesión que finalizó cerca de las 19.15, hora argentina, sin tomar una resolución, había sido convocada a pedido de Brasil, Canadá, Colombia, EEUU, Guatemala, Perú, República Dominicana y Venezuela “consideró” la situación en Bolivia. La declaración del embajador brasileño marcó el sentido de la posición del bloque solicitante: condenar la violencia, pedir nuevas elecciones y eludir manifestarse sobre la existencia de un golpe contra Evo Morales, a pesar de expresiones que sí lo hicieron, como la de la embajadora de México entre otras.
A su turno, para el cierre del encuentro, Almagro comenzó diciendo: “Golpe de estado es una forma ilegítima de acceder al poder o de ejercerlo según el artículo 2 de la carta democrática interamericana” y a continuación afirmó: “En ese contexto, sí hubo un golpe de estado en Bolivia, ocurrió el día 20 de octubre cuando se cometió el fraude electoral que tenía como resultado el triunfo del expresidente Evo Morales en primera vuelta”.
Almagro hizo énfasis en el supuesto fraude, lo que también se desprende del informe de la auditoría de la OEA pedida y aceptada por el propio Evo. “Que el tribunal electoral le otorgara el triunfo en primera vuelta era pretender perpetuarlo en el poder de forma ilegítima e inconstitucional en una afrentosa violación a la carta democrática interamericana”, reiteró Almagro.
En coincidencia con las delegaciones solicitantes, entre ellas la de Venezuela, cuyo representante responde al autoproclamado “presidente interino” Juan Guaidó y no al gobierno de Nicolás Maduro.
Almagro minimizó el accionar de las FFAA afirmando que no implicó un golpe de Estado “porque el ejército no accedió al poder”. Luego dijo que es “necesario hacer una nueva elección con las máximas garantías” y ofreció a la OEA “para conformar un órgano electoral”. Además llamó al diálogo y dijo que para ello es fundamental la participación de “la conferencia episcopal boliviana”.
En el comienzo de la sesión se escuchó al director del departamento para la cooperación y observación electoral Gerardo De Icaza quien leyó el informe de la auditoría electoral, quien dijo que se hallaron en la pesquisa “irregularidades que varían desde muy graves hasta indicativas”. Las conclusiones del informe solo sirvieron para abonar la posición de Almagro, ya que con la renuncia del presidente, se pierde el sentido vinculante de la misión, que era repetir los comicios, tal como había concedido Morales antes de que las FFAA le sugirieran su renuncia.