Seúl, Corea del Sur
La fiscalía surcoreana llevó a cabo este miércoles registros en la sede de Samsung y del fondo nacional de pensiones NPS en Corea del Sur en el marco de la investigación de tráfico de influencias que afecta a la presidenta del país, Park Geun-Hye.
Samsung está acusado de haber sobornado a Choi Soon-Sil, una íntima amiga y confidente de Park, con el objetivo de obtener la autorización del gobierno para una fusión que se aprobó en 2015.
Los investigadores registraron los locales de la llamada Future Strategy Office, la oficina de Samsung que supervisa las decisiones importantes del conglomerado, indicó la agencia de prensa Yonhap. Un portavoz de Samsung confirmó el registro pero no dio detalles.
La fusión entre la constructora Samsung C&T y Cheil Industries, otra filial de Samsung, fue clave en la restructuración y la sucesión del conglomerado, que ahora lidera Lee Jae-Yong, un miembro de la familia fundadora.
Varios accionistas de C&T se habían opuesto a esa fusión, bajo el impulso del fondo estadounidense Elliott, que consideraba que la operación subestimaba el valor de la compañía.
Finalmente la fusión se hizo pero la campaña en su contra marcó un hito en Corea del Sur, donde los grandes conglomerados familiares como Samsung (los llamados «chaebol») están acostumbrados a tomar decisiones sin tener en cuenta la opinión de los accionistas minoritarios.
La fusión también fue aprobada por el NPS, accionista de Samsung, un fondo que gestiona 543 billones de wons (unos 434.000 millones de euros), el tercero más importante del mundo.
Choi Soon-Sil fue detenida en noviembre por presuntos abusos de poder y extorsiones. Está acusada de haber aprovechado su amistad con la presidenta Park para obligar a varias compañías surcoreanas a financiar oscuras fundaciones en beneficio propio.
La fiscalía también cree que la presidenta estaba al corriente de las actividades ilegales de Choi y pide interrogarla. Park ha desmentido esas acusaciones y aseguró que se trata de «fantasmas» salidos de la «imaginación».
En un primer momento Park aceptó responder a las preguntas de la fiscalía pero el domingo su abogado dijo que sólo respondería a un grupo de investigadores independientes.
Viagra y clases de hípica
Señal de la tensión en el gobierno, este miércoles el ministro de Justicia Kim Hyun-Woong y un colaborador de la presidenta, que había sido fiscal, se ofrecieron a dimitir.
La popularidad de Park ha caído en picado desde que estalló el escándalo y centenares de miles de personas se manifiestan regularmente para pedir su dimisión. Sus opositores anunciaron una nueva manifestación el sábado, en la que esperan reunir a 1,5 millones de personas.
Samsung, el principal grupo industrial del país, también podría haber financiado las fundaciones de Choi con cerca de 20.000 millones de wones (unos 15,8 millones de euros).
También se cree que el conglomerado pagó cursos de hípica en Alemania a la hija de Choi por valor de 2,8 millones de euros y que su departamento de publicidad dio fondos a una fundación deportiva dirigida por una sobrina de la confidente.
Varios dirigentes de Samsung, entre ellos Lee Jae-Yong, han sido interrogados por el caso, que pone de relieve las relaciones tortuosas entre el gobierno y las grandes compañías surcoreanas.
El escándalo tomó además un giro insólito este miércoles cuando la presidencia tuvo que dar explicaciones sobre la compra de Viagra, después de que un diputado de la oposición revelara que el año pasado la oficina de Park compró centenares de pastillas de este medicamento para tratar la disfunción eréctil.
El portavoz de Park arguyó que las pastillas sólo sirvieron para evitar posibles mareos durante una visita de la presidenta en mayo pasados a varios países africanos donde hay zonas de mucha altura, como Etiopía, y que el Viagra se usa para combatir el mal de altura.