El canciller alemán, Olaf Scholz, intenta tranquilizar a los alemanes, luego de varias manifestaciones de protesta por el alza en el precio de la energía y en reclamo de ampliar la provisión de gas desde Rusia. «Nuestra respuesta a la preocupación en estos momentos graves: ayudaremos a todos los que no puedan hacer frente al aumento de los costes. Hemos logrado alternativas al gas ruso. Alemania une sus brazos, estamos juntos en solidaridad», escribió el mandatario en su cuenta de Twitter oficial.
La posición de Scholz busca dar respuesta a críticas al interior de Alemania pero también desde el resto de la Unión Europea y del gobierno ucraniano, que cuestionó la lentitud en la respuesta germana luego del ataque ruso del 24 de febrero. Así es que la ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, viajó este viernes sorpresivamente a Kiev para una reunión con el presidente Volodimir Zelenski. Para mí, está claro que (Vladimir) Putin cuenta con que nos cansemos del sufrimiento de Ucrania. Cree que puede dividir a nuestras sociedades con mentiras y chantajearnos con el suministro de energía», declaró Baerbock.
El organismo regional adelantó que presentará «medidas sin precedentes» para obligar al ahorro de luz y el recorte de beneficios para todas las empresas del sector. Una de las posibilidades que se dejó traslucir era forzar unilateralmente una rebaja en los pagos a las empresas proveedoras rusas. Desde Moscú la respuesta fue tajante: «No entregaremos nada en absoluto si es contrario a nuestros intereses, en este caso económicos. Ni gas, ni petróleo, ni carbón (…) Nada», dijo Putin.
En el campo de batalla, en tanto, las fuerzas ucranianas informaron de una contraofensiva exitosa en Kupiansk «un lugar estratégico clave a través del cual toda la agrupación de tropas rusas de Járkov recibe refuerzos. Es un nudo de transporte clave que necesitaremos tomar y luego ver si vamos hacia el norte o hacia el sur», explicó el asesor presidencial ucraniano Mikhaylo Podolyak.
La agencia rusa Sputnik informó que unidades rusas ubicadas Balaklei e Izium, en la provincia de Járkov, fueron reagrupadas en dirección a la ciudad de Donetsk «para alcanzar los objetivos de la operación militar especial en Ucrania».
Otro tema de enfrentamiento se da en torno a la planta nuclear, donde una comisión de la ONU al mando del argentino Rafael Grossi se apersonó para verificar la situación ante las denuncias de ataques. Pero la noticia es en este caso por la conexión, que Kiev había denunciado que fue interrumpida por las fuerzas rusas, que tienen el control desde marzo. «El suministro de electricidad de la central nuclear de Zaporiyia al territorio controlado por el régimen de Zelenski (…) fue detenido unilateralmente por Ucrania. No aceptan electricidad intencionalmente, aunque existe la posibilidad técnica de suministrarla allí», dijo a Sputnik Vladímir Rógov, integrante del gobierno local.
Desde Ankara, por otro lado, se informó que un total de 105 buques con unas 2,5 millones toneladas de grano salieron de los puertos ucranianos en el marco del pacto alimentario entre representantes de los gobiernos ruso y ucraniano en Estambul el mes de julio.