Alemania pondrá punto final a 16 años de Angela Merkel en el poder, un capítulo importante de su historia contemporánea, cuando este miércoles el Parlamento alemán elija al socialdemócrata Olaf Scholz como canciller a la cabeza de una coalición inédita que integran también los ecologistas Verdes y los liberales. Después de su victoria en las legislativas de finales de septiembre, Scholz será elegido por el Bundestag para dirigir la coalición de tres partidos, formada mucho antes de lo previsto, por el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), el Partido verde y el Partido Liberal Democrático (FDP).
La coalición llamada «semáforo», por el rojo de los socialdemócratas, el verde de los ecologistas Verdes y amarillo de los liberales, tendrá en sus carteras claves a una mujer al frente de la diplomacia, un escritor ecologista en el «súper» ministerio del Clima y un liberal al manejo de las Finanzas. Inmediatamente después de la elección de Scholz por el parlamento, tendrá lugar el traspaso de poderes y la centroizquierda regresará al poder en Alemania, algo que no ocurría desde el Gobierno de Gerhard Schröder (canciller de 1998 a 2005).
Entre los rostros relevantes de la nueva coalición destacan la exatleta, campeona de trampolín, Annalena Baerbock, quien fuera candidata de los Verdes a la cancillería y encabezará las Relaciones Exteriores alemanas. Pese al resultado histórico ecologista en las legislativas de septiembre, esta abogada de 40 años, especialista en derecho internacional, admitió sus «errores» durante la campaña que su partido pagó caros. La futura jefa de la diplomacia alemana pretende adoptar una línea más dura frente a Gobiernos que tacha de «autoritarios» como China y Rusia.
Si bien el liberal Christian Lindner quedó cuarto en los comicios y es el socio más pequeño de la coalición, su partido FDP se adjudicó la carpeta de Finanzas. La política medioambiental germana quedará a cargo del escritor y filósofo, Robert Habeck, con gran ministerio aglutinando Economía y Protección del Clima. Habeck, de 52 años, implementará el programa de medidas contra el calentamiento global pactado por la nueva coalición, sobre todo la retirada del carbón para 2030.Durante la campaña, el nuevo canciller, que ya se presenta como heredero de Merkel, anunció que quiere inyectar un nuevo aliento.
«Quiero que estos años signifiquen un nuevo punto de partida», dijo Scholz a la publicación alemana Die Zeit, para luego afirmar que desea poner en marcha «la mayor modernización industrial» de la historia reciente «capaz de parar el cambio climático creado por el hombre». Su Gobierno promete también una política muy proeuropea, en aras de «incrementar la soberanía estratégica de la Unión Europea» y mejor defender «los intereses europeos comunes».
El futuro Gobierno no tendrá tiempo que perder. Su primer gran desafío será gestionar la nueva ola de coronavirus que golpea al país. Para ello, nombrará en el ministerio de Salud al socialdemócrata Karl Lauterbach, uno de los expertos científicos más respetados desde la irrupción de la pandemia y partidario de restricciones más duras. Scholz, experimentado pero poco carismático, quiere que se vote rápidamente la vacunación obligatoria, que podría entrar en vigor en febrero o marzo. Esta medida radical, ya aprobada en Austria, tiene el visto bueno de dos tercios de los alemanes pero puede provocar el rechazo de una parte de la población, sobre todo en la ex-RDA. Mientras tanto, Scholz, Merkel y las 16 regiones adoptaron la semana pasada nuevas restricciones que se dirigen sobre todo a los no vacunados, que no podrán entrar en lugares culturales, restaurantes y comercios no esenciales.