La Academia de Ciencias Sociales del Vaticano mostró su «preocupación» por «el debilitamiento de la clase media» en América Latina y sus posibles consecuencias sobre «la democracia participativa», y el Papa criticó «el aumento endémico de la desigualdad social».
El canciller de la Academia, el prelado argentino Marcelo Sánchez Sorondo, calificó de «muy serio» el problema, por el cual responsabilizó a «la creciente robotización» y a «medidas monetaristas».
«Preocupa en particular el hecho de que en Europa y en América Latina la clase media se haya debilitado notablemente, diversamente a lo que sucede en otros países como India y China, donde se reforzó», aseguró un documento del organismo vaticano en ocasión del cierre de su sesión plenaria.
«Se debe de hecho considerar que donde la clase media sufre caídas la democracia participativa se pone en peligro», advirtió el documento de la reunión de trabajo para la que el papa Francisco envió un mensaje en el que criticó «el aumento endémico de la desigualdad social». Durante el cónclave, que duró cinco días, expertos de todo el mundo debatieron sobre los «nuevos caminos» para la participación social.
«Ciertamente el factor más significativo que opera contra la participación social es la creciente desigualdad social entre restrictas élites y la masa de la población. Las estadísticas de la riqueza y de las oportunidades de vida indican las enormes brechas entre los países y al interno de varios de ellos», agregó el documento dado a conocer este martes.
En ese marco, Sánchez Sorondo declaró luego a Télam que «el debilitamiento de la clase media a nivel continental en América es un problema muy serio. La desigualdad es algo que ha crecido mucho, y esto hace que la clase media, que es un factor muy importante en la sociedad, esté desapareciendo».
«En el medio de esta situación producto de medidas monetaristas, están los sindicatos, que frente a la creciente robotización ven amenazados los puestos de trabajo, y los movimientos populares que no están reconocidos oficialmente pero van adquiriendo la conciencia que antes tenían las clases trabajadoras», planteó.
«La política tiene que guiar la economía hacia el bien común, y eso significa poner orden», propuso el religioso.
La Pontificia Academia de Ciencias Sociales reunió desde el pasado 28 de abril hasta hoy a una veintena de expertos de todo el mundo buscando responder «al llamado del papa Francisco para dar más atención a los pobres, los marginados, los enfermos, los que sufren, y para renovar el compromiso para luchar contra todas las formas de marginalización social y exclusión».