La muerte entre el viernes y el mediodía de ayer de otras once adolescentes, elevó a 33 el número de víctimas fatales como consecuencia del incendio en un centro de menores de Guatemala, donde un grupo de internas quemó colchones durante una protesta para denunciar abusos sexuales y físicos en la jornada en que se conmemoraba el Día Internacional de la Mujer. Otras 20 chicas de entre 12 y 17 años permanecen internadas en grave estado en los hospitales Roosevelt y San Juan de Dios, algunas con quemaduras de cuarto grado y con alto riesgo de mortalidad.
El incendio ocurrió en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, ubicado a unos 25 kilómetros al sureste de ciudad de Guatemala.
Por la declaración de algunos internos y de las autoridades, se supo que los menores de edad comenzaron el fuego al incendiar las colchonetas que usaban de cama, pero luego las llamas se propagaron y se tornaron incontrolables. Las adolescentes que quedaron atrapadas en la habitación donde comenzó el fuego murieron calcinadas, venían denunciando junto a sus familias abusos sexuales y físicos por parte de los responsables de su cuidado.
La institución, a cargo de la Secretaría de Bienestar Social, alojaba a unos 748 menores (varones y mujeres) víctimas de violencia, aunque su capacidad es de 400. Ante esta tragedia, el gobierno destituyó al director y decretó tres días de luto oficial.
La Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) guatemalteca había denunciado en 2016 ante la Justicia local y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la posible conexión entre algunos miembros del personal del hogar y una red de trata. «La PDH dio cuenta al Ministerio Público Fiscal y en octubre de 2016 la jueza en Primera instancia Penal Silvia de León ordena hacer una investigación», explicó Abner Paredes, defensor de la Juventud de la Procuraduría. «