Dos de los cuatro policías bonaerenses acusados por la denominada «Masacre de San Miguel del Monte«, en la que cuatro chicos murieron en mayo de 2019 tras una persecución policial a los tiros y posterior choque en esa ciudad, declararon este lunes que las víctimas quisieron «matar» y «atropellar» con el auto a uno de ellos, al declarar en el juicio al que son sometidos junto a otros dos efectivos de la fuerza.
En un intento por deslindar sus responsabilidades en lo sucedido, los policías Mariano Ibañez y Manuel Monreal afirmaron ante los 12 integrantes del jurado popular y de la jueza que modera el debate, Carolina Crispiani, que «no quisieron lastimar a nadie«.
Las declaraciones de ambos agentes, quienes llegaron detenidos al debate junto al excapitán Rubén Alberto García y al oficial Leandro Ecilapé, comenzaron a las 15.40 y se desarrollaron bajo un tenso clima dentro de los tribunales de La Plata, ubicados en la calle 8 entre 56 y 57, sede del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4.
Fue Monreal el único de los dos policías que admitió haber disparado contra el auto Fiat 147 en el que iban Danilo Sansone (13), Gonzalo Domínguez (14), Aníbal Sansone (22), Camila López (22) y Rocío Quagliariello, de entonces 13 años, la madrugada del 20 de mayo de 2019, durante una persecución que terminó cuando los jóvenes chocaron contra el acoplado de un camión detenido en la colectora de la ruta 3 y los cuatro primeros murieron.
El acusado comenzó su relato diciendo que al momento del hecho tenía 22 años y que hacía solo uno que había egresado de la escuela de Policía.
«Ese día entra un llamado por un supuesto robo y pedían un móvil para constatar. Pasaron 15 minutos y no teníamos novedades, así que Ibañez me dice de ir a revisar la zona. Nos encontramos con el móvil de García y Ecilapé en la zona de Costanera y nos piden apoyo para identificar un vehículo. Damos la vuelta en U, divisamos un auto y vemos que acelera muy fuerte y se dan a la fuga«, detalló el oficial.
Luego de ello, Monreal recordó bajarse de su móvil, desenfundar su arma y anunciarse como personal policial.
«No se si me escucharon. El Fiat 147, haciendo caso omiso a mi alerta, me quiere matar. Intenté tirarme para atrás y efectúo dos disparos hacia las ruedas. Jamás quise lastimar a alguien y lamento lo que pasó«, relató mientras se pasaba una de sus manos por su frente.
A partir del choque, Monreal dijo que quedó «en shock» y «muy consternado», mientras que reiteró que su intención era «detener el vehículo» ya que «venía con vidrios polarizados y no se veía quién venía dentro»:
«No me quedaban más elementos que disparar. Fue la decisión que tomé. Quise inhabilitar una rueda. Se le dio la voz de alto y no hizo caso», se justificó y agregó: «Ahora sé que el proyectil mío lo tiene una de las víctimas, creo que es Domínguez«.
Antes de Monreal había pedido la palabra el oficial Ibañez que, visiblemente nervioso, contó su versión de lo sucedido ese día, cuando manejaba un móvil policial y otros agentes le pidieron apoyo para detener el Fiat 147.
«Escucho a un ayudante de guardia que pide un móvil. Fuimos con Monreal de acompañante y la oficial Bianco en la parte de atrás. Iba manejando en dirección para la Costanera y cuando me piden apoyo veo que viene el Fiat, pongo el móvil mirando para ruta 3. Hice un cerrojo policial que me enseñaron en la escuela de policía para cortar la vía de escape», se defendió el acusado, mientras trazó un dibujo en una pizarra ubicada en uno de los laterales de la Sala A de los tribunales platenses.
Luego, continuó: «Los cruzamos y se da a la fuga el auto. Cuando vienen hacia mí, freno y veo que vienen a 50 metros. Se baja Monreal, los quiere detener y veo que nos quieren chocar. Atino a atajarme, pensé que me va a chocar a mí».
Ibañez aclaró que «nunca se bajó del móvil», que no se hizo el «superhéroe» y que «jamás» efectuó un disparo contra el Fiat 147.
«Mi trabajo fue hacer un cerrojo y nada más. No vi a Monreal disparar. Escuché cuatro explosiones, en ese momento tenía mucho cagazo. Vi que levantó la mano, pero no si había sacado el arma», relató.
En la misma línea, Ibañez siguió: «Después de eso, vi que el Fiat siguió su recorrido. Se subió Monreal al móvil, pero al coche no le andaba el turbo. No podíamos perseguir nada, ni a una bicicleta…«.
Antes de las declaraciones de los imputados, la jueza Crispiani advirtió al jurado popular que «los acusados no declaran bajo juramento, por lo que no están obligados a decir la verdad» y explicó que tanto a Monreal como Ibañez no estaban autorizados a hacerle consultas a su defensor, Guillermo Baqué.
Anteriormente, habían declarado en la audiencia el perito balístico Lucas Basanta, el perito informático Jose Luis Sánchez y la médica Karina Cinquegrani, que atendió a Rocío Quagliarello (17), la única sobreviviente del hecho, en el hospital El Cruce.
El testimonio de Basanta, que hizo foco en la bala nueve milímetros hallada en el muslo izquierdo de Domínguez (14), abrió la sexta audiencia y complicó a los policías acusados al contradecir la teoría del caso del abogado defensor Baqué, quien sostenía que los agentes habían efectuado disparos en dirección al piso.
Escuchando la declaración del perito, se encontraba dentro de la sala de audiencias la mamá de Gonzalo, Susana Ríos, quien pidió retirarse cuando éste comenzó a dar detalles del disparo que hirió a su hijo.
En segundo lugar, dio testimonio la médica que detalló las lesiones y el tratamiento que recibió la única sobreviviente durante los 24 días que estuvo internada en el Hospital El Cruce, quien, dijo, tenía múltiples fracturas, de fémur, tibia, tobillo, clavícula, húmero, traumatismo de cráneo y edema cerebral».
Por último, el perito infomático Sánchez, quien inspeccionó los celulares de los policías acusados, afirmó que el imputado Monreal «borró» los mensajes de su teléfono durante la hora en la que sucedió el hecho, al tiempo que aseguró que los uniformados estaban «muy atentos» a los movimientos de una instructora judicial.
Tras finalizar la audiencia, la jueza Crispiani llamó a un cuarto intermedio hasta el martes, cuando las partes realicen sus alegatos de cierre a partir de las 10.
Se espera que el miércoles, tras la exposición de las partes, el jurado pueda arribar a un veredicto y definir declarar a los policías culpables o no culpables de los delitos de «homicidio agravado por abuso de función como miembro de las fuerzas policiales calificado por el empleo de armas de fuego, y violación de los deberes de funcionario público».