“Hay que salir a encontrarse con el otro y a encontrarnos con nuestros votantes”, dice María, una chica joven, rubia con pinta de gringa del interior bonaerense y estudiante universitaria, para explicar su presencia en ese rincón del rebosante auditorio de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de La Plata donde minutos después el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, el dirigente del Frente Patria Grande Juan Grabois y la legisladora Ofelia Fernández realizarían una «mateada» con jóvenes. El encuentro del lunes a la tarde fue con ese objetivo y así lo expresaron poco después los tres dirigentes. “Lo que tenemos que hacer es eso: sentarnos a tomar mate en las plazas, en las escuelas, en las universidades, y dialogar”, dijo Kicillof a las y los jóvenes que lo escuchaban. Y les propuso que lo hicieran para “pedir que nos voten no por lo que fuimos, ni siquiera por lo que hicimos, sino por lo que falta”.
El encuentro que iba a ser al aire libre, pero por cuestiones climáticas se trasladó al auditorio -que tiene capacidad para 500 asistentes pero que albergó a muchas más y dejó afuera a otro tanto- reunió según los organizadores a más de mil personas, por lo que muchos lo vieron desde afuera a través de una pantalla. En el escenario, junto a Ofelia, Axel y Grabois, estuvo el ministro de Justicia y Derechos Humanos provincial y candidato a intendente de Unión por la Patria (UxP), Julio Alak. Durante dos horas, hablaron con la gente, en su amplia mayoría jóvenes universitarios.
Ofelia Fernández habló primero. Y como primer paso exhortó a espantar los temores causados por el triunfo de Milei en las PASO. “No tengan miedo porque en la historia argentina hubo momentos peores que este”, dijo y arengó: “Hubo 30 mil compañeros desaparecidos, pero también hubo un ejemplo de lucha en Latinoamérica como lo son las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Nosotros, la generación que creció aprendiendo esa historia, que vio a Videla morir en la cárcel, tenemos que ser los guardianes para que los defensores del golpe de Estado no lleguen a la Casa Rosada. Sin miedo, con profunda inspiración”.
Fernández fue la convocante del encuentro -que bautizó “la mateada de los petisos”– que fue una réplica de la multitudinaria convocatoria del 27 de agosto en Parque Rivadavia, en CABA, que se convocó bajo la consigna “¿Qué carajo hacemos?”. El llamado fue el mismo en La Plata. En ese camino pidió que UxP no sea la defensora del status quo: «Tenemos que comprometer un cambio de rumbo, poner de pie un nuevo horizonte, no podemos ser los conservadores de la discusión. Nuestro proyecto de país siempre tiene que ser una Argentina mejor de la que conocemos”.
El público estaba compuesto mayoritariamente por jóvenes estudiantes universitarios. Entre ellos había votantes de UxP, militantes políticos y universitarios, pero también jóvenes a los que no los convocaba ninguna estructura, sino más bien la sorpresa que significó el resultado de las PASO que puso a Javier Milei como una posibilidad cierta de que acceda a la presidencia. Gaspar y Tomás, ambos estudiantes de Geografía, contaron que estaban alejados de la actividad política pero desde el 13 de agosto comenzaron a discutir mucho en sus grupos de estudios y con sus amigos. “No me esperaba esos resultados. Y fue como un golpe de realidad de decir, bueno, hay que dejarse de joder un poco. Porque dejar que se expanda un discurso muy de derecha es bastante fuerte y va en contra de algunas cosas que nosotros defendemos”, explican.
En otro rincón del auditorio Ramiro, de Chacabuco y estudiante de periodismo, y Valentina, de Gualeguaychú y estudiante de Humanidades, destacaron la importancia que se hubiera generado un espacio que convoque a la gente. Sobre todo después del resultado de las PASO. “Nos preocupa la situación y este nos parece un espacio súper importante. Esta situación de poder juntarse a charlar, a debatir, a pensar y nada, ver cómo salimos, qué buscamos. Y salir adelante”.
En el encuentro los tres dirigentes pusieron el énfasis en la necesidad de juntarse, buscar a los votantes y proponerles un futuro. En ese camino, Kicillof remarcó que «la sociedad no es la misma, pasamos tiempos horripilantes y hay que poder decirle a la sociedad cómo se da vuelta esa situación, más allá de la dificultad, cómo se da vuelta ese futuro».
“No pasa por decir que está todo bárbaro, es una trampa en la que nos meten, porque critican descarnadamente y mal, pero nosotros entonces terminamos defendiendo mal”, siguió el gobernador. Y añadió: «Hay que caminar, hablar, enfrentar las dificultades, mirar de cara a la gente, mostrarles todo lo que hemos hecho bien, decirles lo que hemos hecho mal, lo que nos falta hacer y pedirles que nos voten, no por lo que fuimos, ni siquiera por lo que hicimos, sino por lo que falta. El voto es por lo que falta».
La necesidad de juntarse y participar primó entre los asistentes. “Vinimos para escuchar, para ver cómo seguimos, cómo planificamos lo que viene. Esperando que nos dé un poco de esperanza. Y participando, porque hay que participar siempre”, aseguró Juan, un estudiante de la Facultad de Artes y sin militancia orgánica que atravesó la ciudad y el bosque platense con dos compañeras para llegar hasta el auditorio de Psicología.
A unos metros, Ana, estudiante de la casa, dijo que estaba convencida que la clave está en la conversación. “En este momento lo importante son los espacios de escucha. Poder crear espacios de conversación está repiola”.
Con esa lógica, Kicillof cerró: «No alcanza con decir que vamos a mejorar, hay que construir una nueva utopía. Y me parece que la construcción de esa nueva utopía, de hacia dónde vamos, es una tarea colectiva, que se construye con el pueblo, militando, militando».
Por su parte, Juan Grabois partió de la idea de que la Patria está en peligro. “Tengo absolutamente clara nuestra responsabilidad histórica y las tareas de la etapa. Hay que votar a Axel pero también hay que votar a Massa y a Rossi”, dijo y completó: “En momentos en el que se reivindica el terrorismo de Estado a cara descubierta, es cuando hay que decir Nunca Más, Ni un paso atrás”.