Apenas cerró el plazo de inscripción de precandidaturas para las primarias del 13 de agosto, el oficialismo aceleró los tiempos de su campaña. Hiperactividad y señales de unidad forzadas por la necesidad de evitar una temida derrota, sin importar pasados, malheridos ni doloridos. En Juntos por el Cambio esos movimientos no han pasado inadvertidos, pero sus dirigentes no han podido reencauzar las tensiones internas en un momento clave para la evolución del armado opositor. Esa fase se concentra en dos territorios clave para el voto de JxC en la zona núcleo de la pampa húmeda: las elecciones a gobernador del fin de semana pasado en Córdoba y las primarias de Santa Fe del 16 de julio.
Ambos comicios configuran el contexto inmediato de una interna en el conglomerado opositor que se agudiza en la provincia de Buenos Aires, pero que esta semana sumó una señal inquietante en la previa de las elecciones santafesinas. La senadora nacional Carolina Losada competirá en dos semanas como precandidata a gobernadora, acompañada por el diputado y titular del PRO, Federico Angelini.
El jueves aseguró que si gana su competidor, el radical Maximiliano Pullaro, no hará campaña por él. Lo hizo luego de tocar un cable de alta tensión para la política de esa provincia: volvió a acusar al exministro de Seguridad de haber tenido vínculos con el narcotráfico y aseguró que si pierde en las PASO no acompañará. Fue después de haber recibido el respaldo explícito de la precandidata presidencial Patricia Bullrich y de haber mantenido una reunión con el expresidente Mauricio Macri, que también está pendiente de la evolución del escenario santafesino.
El fundador del PRO buscó relativizar la virulencia de la precandidata. Este viernes Losada ratificó sus acusaciones. Agudizó las sospechas internas sobre un intento de ruptura a partir de una extrema tensión con el larretismo y sus aliados radicales en todos los frentes. Las diferencias arden con fuerza desde el intento de Rodríguez Larreta y de su compañero de fórmula, el jujeño Gerardo Morales, de ampliar la alianza y sumar al espacio que lidera el gobernador cordobés Juan Schiaretti.
Las consecuencias son materia de un debate que todavía no está saldado y que se mantiene en reserva porque faltan tres semanas para la elección de intendente de Córdoba Capital. En las generales mediterráneas del domingo pasado la fórmula que encabezó Luis Juez llegó al 39,76% y perdió por tres puntos frente al 42,76% del schiarettista Martín Llaryora. Sin embargo, en todo el sur provincial, y especialmente en Río Cuarto, las listas de JxC ganaron por seis puntos.
Las elecciones del domingo pasado son un primer termómetro electoral del voto agrario de la pampa húmeda. Es una zona donde el peronismo cordobés había logrado la reelección por primera vez de un intendente propio, como Juan Manuel Llamosas en Río Cuarto, quien ahora compitió como candidato a diputado provincial y las urnas le empañaron la carrera.
Esos resultados a favor de JxC trascienden Córdoba y proyectan interrogantes de contagio en las adyacencias con la provincia de Buenos Aires, el mayor territorio del «voto farmer», como le llaman los consultores cuando bromean sobre el comportamiento electoral en la pampa agroexportadora. El balance de JxC en Córdoba es que el operativo por Schiaretti fue negativo para Rodríguez Larreta en vísperas de las PASO con Bullrich y que le restó chances a Juez por la gobernación. Es contrario a la lectura de otros observadores y consultores que aseguran que la falta de timing larretista benefició a un candidato de JxC que antes medía diez puntos abajo y quedó a tres, como resultado de una pendiente que cambió de evolución luego del pronunciamiento a favor de Schiaretti.
Las primarias santafesinas sucederán una semana antes de los comicios para intendente de la capital cordobesa. Quizás por su importancia es que la dirigencia de JxC en Santa Fe no sale de su asombro ante el empeoramiento de la interna entre Losada y Pullaro. La senadora integra un espacio de la UCR enfrentado con Pullaro, que es de Evolución Radical, liderado a nivel nacional por el Martín Lousteau, precandidato a jefe de Gobierno porteño por la UCR y aliado de Rodríguez Larreta. Losada también le apuntó al senador, pero con Pullaro insistió en el vínculo con el narcotráfico y amenaza con transformar el barro de la pelea en una ciénaga que los complique a todos.
¿Hay un contagio en Santa Fe de la interna nacional entre Larreta y Bullrich a niveles inesperados? ¿La advertencia de Losada en la provincia podría tener un correlato luego del resultado de las PASO del 13 de agosto si pierde Bullrich? Los números anticipan una pelea áspera por la candidatura presidencial de JxC y la precandidata aparece como ganadora en los sondeos que consumen dentro de la coalición opositora. La otra parte dependerá del resultado que obtenga el diputado de ultraderecha Javier Milei, que sigue midiendo entre los 18 y 23 puntos de acuerdo a las mismas fuentes.
La dureza de Losada en Santa Fe podría ser parte de un intento por mantener la conversación con el votante de Milei en la provincia o la siembra de un germen de ruptura que podría cristalizar las diferencias que siguen tronando a nivel nacional. Rodríguez Larreta comenzó a hacer una contorsión para diferenciarse de Macri y de Bullrich. Luego buscó aclararlo pero no se desdijo de considerar que la gestión presidencial de Cambiemos fracasó. Bullrich defendió al expresidente, dijo que Larreta había cometido una bajeza «deleznable» y reveló la fragilidad de la interlocución que mantiene con su competidor.
El desenlace de las elecciones santafesinas será en las generales del 10 de septiembre. La foto que dejarán las PASO del 16 de julio en una provincia que concentra el 8,60% del padrón nacional, también hará una aproximación estadística sobre el contorno noreste del comportamiento electoral agrario de la provincia de Buenos Aires. En la interna de JxC para esa provincia hay dos capítulos: la pelea del interior y la que se libra en el conurbano bonaerense. Son las dos grandes arenas del gigantesco mosaico que representa la provincia poseedora de casi el 38% del total federal de votantes.
Es en Buenos Aires donde el larretismo apunta a marcarle una inflexión a Bullrich. El diputado nacional Diego Santilli aceleró la campaña permanente que impulsa desde hace dos años. Para el interior agrario jugará a parte de los aliados que sumó para imponerse en todos los frentes ante su competidor, el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, que sólo hace campaña junto a Bullrich. Desplazará a la zona al economista y diputado José Luis Espert, que calza el traje de precandidato a senador nacional por la provincia; y al exsenador Miguel Pichetto, que busca volver a la Cámara de Diputados.
Para el Conurbano la disputa asoma más dura y va más allá de la provincia. Este sábado Rodríguez Larreta estuvo en Lomas de Zamora y Bullrich en Malvinas Argentinas y Pilar. No estuvieron solos, porque el radicalismo afianza la presencia de Morales. El precandidato a vice de Larreta estuvo con el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, que acompaña a Santilli en la fórmula.
El gobernador jujeño pasa más tiempo en Buenos Aires que en su provincia, que no sale de la crisis posterior a la aprobación de la reforma constitucional. Este viernes y sábado hubo un durísimo operativo represivo en Purmamarca, puna jujeña, y los ecos de la crisis norteña parecen extenderse sobre la sombra del precandidato. En el larretismo siguen empeñados en mostrarlo como un atributo positivo y bancan sin críticas la represión en la provincia.