“Anita te esperaba a la mañana en la entrada con una sonrisa y no quería dejar su puesto de trabajo por ‘si justo llegaba alguien’. Servicial, amable, solidaria y buena compañera. Anita era casera, conocía a cada pibx y a las familias del barrio”. Así describieron delegados, delegadas y docentes del Distrito Escolar 4 a Anita Billordo. Era casera de la Escuela 14 y se convirtió en la víctima fatal número 30 del coronavirus en el ámbito educativo porteño. Entre homenajes y despedidas, los gremios mayoritarios siguen batallando contra la presencialidad.
Billordo “era paciente de riesgo y mediante la ‘brutal presencialidad’, en momentos de picos muy altos de contagios de Covid, estuvo trabajando hasta antes de enfermarse, cuando debería haber estado cuidándose, esperando que pasara lo más grave, para luego retomar las tareas que realizaba en su lugar de trabajo”, denunciaron sus compañeros y compañeras del distrito, mediante un comunicado. “Hoy la comunidad educativa del 4to te despide con mucho dolor, pero también con la indignación frente a la injusticia de saber que el Gobierno de la Ciudad no nos cuida y nos expone a contagios y a la muerte”, lamentaron y expresaron: “Vamos a seguir pidiendo virtualidad para no enfermar y que se respete el derecho a la salud y a la vida de todxs los trabajadorxs de la educación y las familias de la escuela pública”.
Antes que se conociera el fallecimiento de la casera de la Escuela 14, los principales gremios docentes del distrito ya habían anunciado que las medidas de protesta contra la presencialidad continuarían esta semana. Lo dijeron tras el anuncio del jefe de Gobierno el viernes último, quien informó una ampliación de la presencialidad a nivel secundario, con el argumento de que la baja de contagios en la última semana permitían más aperturas.
“Si bien hay una baja de casos, la manera que entendemos de seguir garantizando esa baja es aportando con la no presencialidad de alumnos y alumnas. Cuando bajan (los casos) y vos insertás una mayor cantidad de matrícula, no estás aportando de manera positiva a continuar con ese proceso, que además insistimos en que es relativo, porque hay elementos como la llegada del invierno que van a generar un incremento de los casos”, advirtió Jorge Adaro, referente de Ademys, en diálogo con Tiempo. Tal como ya se viene señalando desde las escuelas, remarcó que la llegada de menores temperaturas complicará el panorama al tener que trabajar con ventanas abiertas para garantizar la ventilación. “Creemos en primer lugar que no han bajado lo suficiente los contagios como para que no haya riesgo o haya riesgo controlado, y que se avecina una etapa de incremento de los casos”, alertó.
“Ya tenemos 30 fallecidos entre docentes y auxiliares. En el último tiempo ya ni hay debate: el Ministerio de Educación ha dejado de sostener que la escuela no contagia. Esto es un indicador. Y los últimos casos (de fallecimientos) fueron este fin de semana. Sigue habiendo un problema de gravedad y seguimos haciendo responsable al Gobierno de la política criminal en relación a la presencialidad y del fallecimiento de los compañeros y las compañeras que estaban en actividad”, acusó.
El sábado, un día después del anuncio de Larreta, se conoció la muerte de otra trabajadora de la educación en el distrito: Alejandra Maida, de la escuela 93 del Instituto Bernasconi. Era maestra de tercer grado, “muy querida por la comunidad educativa, solidaria, viajaba todos los días para llegar a la escuela en transporte público y sobre todo era comprometida con la lucha por la defensa de la Escuela Pública”, compartió la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE).
Angélica Graciano, referenta de ese espacio, remarcó que “los indicadores establecidos en el Consejo Federal de Educación hablan de un piso de 500 contagios por cada 100 mil habitantes y la Ciudad está por encima de eso. Ellos dicen que la presencialidad se vincula con ‘datos y evidencias’ pero acá la única evidencia es que si hacés el promedio el indicador está por encima de 500, que ya de por sí es alto. Vamos a continuar con los reclamos hasta que se baje de ese indicador que el consenso general dice que hay que respetar”. En el mismo sentido, Adaro advirtió que “por lo general mundialmente cuando hay 100 casos cada 100 mil habitantes se considera que puede haber presencialidad, acá estamos muy lejos de eso todavía”. En el Gran Buenos Aires, en cambio, hubo 401 infectados cada 100.000 habitantes. Sobre eso se determinó la vuelta a la presencialidad a partir del próximo miércoles.
Graciano sumó otro factor para continuar con los reclamos por virtualidad en CABA: “Docentes y no docentes y auxiliares están vacunados en un 70%, pero muchos aún no están inmunizados porque los vacunaron la semana pasada y ya los están citando. Es lo contrario a lo recomendado”. Cuestionó, además, la falta de entrega de dispositivos tecnológicos para sostener la bimodalidad instaurada en la escuela secundaria, así como la falta de insumos sanitarios y de higiene.
En estas condiciones y con un sistema de salud tensionado, afirmó, las protestas en la comunidad educativa continuarán. “Con la casera –de la Escuela 14 del DE 4- fue una presión tremenda de la comunidad para conseguir trasladarla. Cuando empeoró no se conseguía internarla, estaba en su casa. Circulaban audios desesperados. A esta altura de las circunstancias, se repite el esquema: se anuncia por los medios y sin planificación y se larga algo que es impracticable y que en la realidad no se va a verificar con los datos. Porque no es que las familias que no los mandaban hoy de repente los mandan, no funciona así. Hay que hacer un trabajo y ver en qué condiciones están las secundarias”.
Este lunes hay homenajes a Anita y Alejandra, cuyas muertes llevaron a 30 el listado de víctimas fatales de la comunidad educativa porteña desde el retorno a la presencialidad en la Ciudad, el 17 de febrero. El primer fallecido fue Jorge Langone, profesor de taller en una escuela técnica N° 13 de Villa Lugano. Luego perdieron la vida docentes, directivos, auxiliares y preceptores. En cada comunidad educativa se repiten los duelos y homenajes, mientras siguen los reclamos de virtualidad para no enfermar.