De los 172 casos de gatillo fácil ocurridos desde el 10 de diciembre de 2019 y hasta el 31 de diciembre de 2022 en CABA y Provincia, 63 fueron cometidos por la policía porteña, y 109 por efectivos de la Bonaerense. «Pero hay que tener un dato en cuenta: la Policía de la Ciudad tiene poco más de 25.000 efectivos, mientras que su par provincial supera holgadamente los 100.000. La Bonaerense supera cuatro veces la dotación de la policía porteña y es responsable del 63,3% del total de fusilamientos del año, mientras la Policía de la Ciudad, con la cuarta parte de efectivos, cometió el 36,7%. Más de un tercio. La Policía de Larreta es más letal que la Bonaerense –denuncia María del Carmen Verdú, titular de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI)–. Hay que tener mucho énfasis represivo para ganarle en tan poco tiempo a ‘la maldita policía’, que hasta ahora era la peor policía del país». 

Se trata de uno de los puntos principales del informe anual sobre muertes por violencia institucional en la Argentina a cargo de la CORREPI que se presentó este viernes en Plaza de Mayo, con los crímenes de fuerzas de seguridad en cárceles y comisarías como uno de los puntos fuertes, y el drama de los asesinatos en casos de custodias.

El primer informe de la CORREPI se publicó en 1996. Pero se propusieron contabilizar lo sucedido desde el regreso de la democracia el 10 de diciembre de 1983. Hasta diciembre de 2022 hubo 8.701 casos de asesinatos por violencia institucional ocurridos en nuestro país. El del último año registró 529 muertes más respecto al 2021. Y un punto de gran dimensión: en 319 de esos crímenes (73% del total) estuvieron involucradas fuerzas de seguridad ocurrieron bajo custodia.

“La particularidad de este año es el aumento brutal de las muertes bajo custodia. Sobre todo en cárceles y también en comisarías”, remarcó Verdú. 

El informe enfatiza que 80 personas fueron asesinadas por gatillo fácil; 20 responden a contextos de violencia intrafamiliar (incluida una desaparición); 4 fueron consecuencia de otros delitos policiales (entre ellos, dos desaparecidos) y 13 a otras circunstancias (incluida una desaparición).

Del total de las víctimas por violencia institucional, un 61% tiene menos de 35 años. El 76,15% de los casos se acumulan entre los cuatro distritos más populosos del país: ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y provincia de Buenos Aires, que concentra el 55,80% de los muertos en manos de las fuerzas de seguridad.

De Mauricio Macri a Alberto Fernández

El informe de CORREPI compara el período de gobierno de Mauricio Macri con el actual de Alberto Fernández. Registró 1.923 asesinatos por violencia institucional (480 por año) en la gestión de MM; mientras que desde la asunción de Fernández se acumularon 1.509 casos (503 por año). Durante la actual gestión se destaca la gravedad de la situación carcelaria: 60,64% de los casos involucra a este sector.

Con respecto al gobierno de Mauricio Macri, se redujo el protagonismo de todas las fuerzas federales (Policía Federal, Gendarmería, Prefectura, Policía de Seguridad Aeroportuaria), en detrimento de la Policía de la Ciudad, que subió (3,8% del total a 4,64% desde 2019).

Verdú destacó “la prohibición del uso de armas reglamentarias fuera de servicio, de civil, para la Policía de Seguridad Aeroportuaria” en la gestión actual, y remarcó que “la totalidad de los casos de gatillo fácil que teníamos registrados en los distintos años desde que se creó la fuerza eran, justamente, fuera de servicio pero con el arma reglamentaria. Lo cierto es que al sacarle el arma al terminar su turno no tenemos desde marzo de 2020 hasta hoy ningún caso. No puede ser casualidad. Si esta medida se generalizara en el conjunto de las fuerzas tendría un impacto importante”.

El uso del arma reglamentaria fuera de servicio o de civil provoca el 66% de los asesinatos por gatillo fácil y el 95% de los femicidios por parte de uniformados.

Durante la gestión de Mauricio Macri, fueron asesinados 508 personas (127 por año); mientras que desde que asumió Alberto Fernández los casos de gatillo fácil bajaron a 300 (100 por año). “Ahora, que solo se dispara cuando hay una amenaza equivalente, bajó el gatillo fácil”, concluyó Verdú.