Una de cada tres mujeres de la Ciudad de Buenos Aires fue abusada en el colectivo. Es decir que fue apoyada, rozada o manoseada durante un viaje en ese transporte público. A nivel nacional, este tipo de agresión fue sufrida por una de cada cinco mujeres. La preocupante estadística surge de la «Encuesta sobre violencia contra las mujeres en el espacio público» realizada por el Observatorio Ni Una Menos de la organización de Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá) en 11 provincias y contemplando 1300 casos.
El dato cobra relevancia porque el colectivo es el principal medio de transporte usado por las mujeres argentinas para movilizarse (82% dijo emplearlo) y porque se complementa con otra cifra aterradora: siete de cada diez dice haber sufrido algún tipo de acoso callejero mientras esperaba el colectivo. Por eso también solo el 15% elige ese transporte a la noche y el 70% prefiere el taxi a pesar del costo elevado. Sin importar la hora, ocho de cada diez mujeres dijeron sentirse inseguras en el espacio público y preferir ser acompañadas a la parada de colectivo.
La estadística más importante para nosotras es que el 100% de las mujeres llevan adelante estrategias para sentirse seguras. Es decir que abordamos el tema de manera individual y nos habla de que el Estado está ausente para garantizar que podamos acceder al transporte en lugares iluminados, por ejemplo, lo que hace a la percepción de seguridad, explica Raquel Vivanco, coordinadora nacional de MuMaLá y presidenta del observatorio Ni Una Menos que hará su presentación pública mañana a las 18 horas en el Café Tortoni.
Esta encuesta, que es la primera de representación federal en Argentina, fue llevada adelante por MuMaLá en los once distritos que tiene representación: Capital, Corrientes, Córdoba, Mar del Plata, Mendoza, Neuquén, provincia de Buenos Aires, Salta, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán.
Considera como violencia contra las mujeres cualquier acción o conducta basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado, tal como definió la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres de Belem de Pará, celebrada en el año 1994.
En Argentina los femicidios se cobran la vida de una mujer por día. De ellos, el 53% fue perpetuado en la vivienda de la víctima y el 33% en la vía pública, explica el informe sobre datos de 2016 del Registro Nacional de Femicidios de MuMaLá. Eso corresponde a 169 vidas de mujeres que fueron quitadas en la calle.
Ese tipo de violencia en la vía pública está naturalizada en la sociedad, explica Vivanco, por eso la importancia de visibilizarla de esta manera. Un ejemplo claro se dio en la Ciudad de Buenos Aires, donde desde diciembre de 2016 está penado como contravención el acoso callejero según la Ley 5742. Sin embargo el primer caso de denuncia se registró en mayo de este año y el procedimiento policial demoró más de una hora y media porque el oficial no conocía la norma.
Ante esto desde MuMaLá exigen no solamente que se sancione una ley a nivel nacional que tipifique el delito de acoso callejero, sino que se brinde capacitación a las fuerzas de seguridad para que estén alertas a su aplicación.
En el caso del transporte público reclaman mayor cantidad de empleadas mujeres en las empresas de transporte y que se brinde capacitación con perspectiva de género a las personas que aspiren a registros de conducir. Finalmente piden que se elabore un protocolo de intervención que permita prevenir situaciones de acoso o abuso. «