Los iraníes Gholamreza Ghasemi, Abdolbaset Mohammadi y Saeid Vali Zadeh, retenidos desde hace más de tres meses en la Argentina después de llegar a bordo de un avión venezolano de carga que transportaba autopartes, son –según la Justicia Federal- «los nexos con la organización terrorista Hezbollah». Por primera vez desde que se inició el culebrón del avión venezolano, la Justicia argentina vincula directamente a tres de sus tripulantes con el terrorismo internacional.
Hasta ahora todo eran amagues e insinuaciones; ahora hay una imputación formal. Así se desprende de la descripción de la acusación que formuló el juez de Lomas de Zamora Federico Villena, después de sobreseer a 14 de los 19 extranjeros, en el marco de una investigación sobre supuestos actos preparatorios de acciones terroristas no especificadas ni identificadas.
Gholamreza Ghasemi fue el capitán de vuelo del avión de la venezolana Emtrasur que a principios de junio llegó primero al aeropuerto de Córdoba (por razones climáticas) y luego a Ezeiza, donde quedó retenido y allí permanece hasta ahora, por pedido además de un tribunal de Columbia, Estados Unidos. Abdolbaset Mohammadi y Saeid Vali Zadeh llegaron acompañando al resto del contingente como “ingenieros de vuelo”.
Pero, en rigor, y según consignó el juez Villena, sus verdaderas misiones eran “obtener dinero y/o bienes mediante la realización de diferentes operaciones comerciales lícitas, a través de la Empresa de Transporte Aerocargo del Sur EMTRSUR S.A. Ello con la intención de que el dinero y/o bienes en cuestión sean utilizados o a sabiendas de que serían destinados en todo o en parte para financiar a organizaciones consideradas terroristas por nuestro país”.
Los tres iraníes fueron convocados a prestar declaración indagatoria y están cumpliendo con ese trámite por estas horas. Ya lo hicieron dos venezolanos, quienes no sólo negaron los cargos sino que se sorprendieron del tenor de la imputación que finalmente se les formuló tras una curiosa investigación: no tenían una acusación formal, no podían salir del país, pero podían moverse libremente por todo el territorio nacional.
El juez Villena utilizó el modo potencial para describir las conductas de los tres iraníes imputados (otros dos quedaron desvinculados del expediente y fueron autorizados a regresar a su país o adónde quiera que desearan ir). Para el magistrado, “habrían abierto cuentas bancarias en paraísos fiscales y/o conformado empresas vinculadas a la actividad aérea”.
Los tres acusados “se habrían desempeñado en las empresas aéreas Mahan Air y Qeshm Fars Air. Mediante esta última compañía y de la cual Ghasemi sería CEO y miembro del consejo de administración, habrían realizado al menos diecinueve vuelos, cuya ruta fue Teherán – Damasco entre el 27 de mayo del 2020 y el 17 de mayo del 2022”.
De la descripción de la acusación no se desprende cuál pudo ser la conducta ilegal contemplada en el Código Penal argentino en relación con los vuelos entre las capitales de Irán y Siria. El único indicio de sustento para la sospecha, según consigna la documentación, es que esos vuelos “fueron realizados en época de conflicto armado entre el Estado de Israel y elementos de Hezbollah dentro del Estado sirio”. El juez Villena trazó como hipótesis que “estos vuelos tendrían como finalidad financiar a Hezbollah”.
El martes, Villena dispuso el sobreseimiento de 14 de los 19 tripulantes del avión de Emtrasur. En esa resolución, de 23 páginas, sostuvo que “el día 6 de junio 2022, la aeronave actualmente retenida en nuestro territorio, se encontraba en viaje desde Caracas al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, previa escala en Ciudad del Este, Paraguay (donde se sospecha que hay una fuerte presencia de Hezbollah, el grupo terrorista libanés financiado por Teherán y acusado por el atentado terrorista a la AMIA)”.
La resolución muestra una fuerte impronta acusatoria cuya génesis es el gobierno de los Estados Unidos. De hecho, el texto sostiene textualmente que “las autoridades del FBI informaron que Gholamreza Ghasemi es CEO, miembro del consejo de administración de Qeshm Fars Air y, también, piloto. La firma Qeshm Fars Air fue identificada por el Tesoro de los Estados Unidos en 2019 debido a su participación directa en la actividad terrorista, afirmando, además, que dicha empresa proporciona asistencia a Qods Force y a la aerolínea iraní Mahan Air, las cuales han sido designadas como entidades terroristas (Terrorista Global Especialmente Designado, SDGT).
En el informe también se señaló que Oeshm Fars Air opera vuelos de carga bajo cobertura civil para la fuerza Qods y el IRGC (Cuerpo de Guardia Revolucionaria Iraní) y los utiliza para contrabandear armas y equipos sensibles de Irán a Siria de forma regular, entre otras cosas, y que esta actividad es parte de los esfuerzos de Irán para establecer presencia militar en todo el mundo”.
El avión hoy retenido en Ezeiza fue inspeccionado reiteradamente por fuerzas de seguridad locales y estadounidenses. Sus paneles fueron desarmados y la revisión fue exhaustiva. No se hallaron ni “armas” ni “equipos sensibles”. Tampoco rastros de que alguna vez hubiera habido alguno de esos elementos como parte de la carga y el trasporte entre otros países.