Quien quiera tener el mundo en sus manos no necesita una tarjeta de crédito, sino un celular. Nueve de cada diez argentinos tiene al menos un teléfono móvil. Esa es la principal vía que tienen para acceder a Internet y el principal soporte para escuchar música, informarse y jugar. Aun aquellos que prefieren el televisor para consumir contenidos audiovisuales utilizan el teléfono para comentar en redes sociales lo que ocurre. La última encuesta del Sistema de Información Cultural de la Argentina (SInCA), publicado esta semana, hace una radiografía del momento y dibuja el mapa de la cultura portátil que irrumpió para quedarse.
En 2013, apenas una de cada cuatro personas accedía a Internet a través del celular. Cuatro años después son tres de cada cuatro los que lo hacen. Potenciado por las posibilidades que permite, casi todos los usuarios lo emplean como «una terminal multifunción de consumo cultural», según lo define el informe que acompaña el sondeo difundido por el Ministerio de Cultura de la Nación.
La encuesta fue encargada a la consultora Ibarómetro y reflejó las respuestas de 2800 personas distribuidas a lo largo de todo el país. Sobre la base de esos datos el SInCA destaca que al erigirse el celular como dispositivo tecnológico por excelencia se «favorece una modalidad de consumo (cultural) ágil y con prevalencia de contenidos breves».
A pesar de que este tipo de cambios suelen ser mirados con preocupación por los tradicionalistas, el informe propone relativizar las teorías apocalípticas. Entonces, si bien de las estadísticas se desprende una caída en la lectura de libros (en cuatro años cayó del 57% al 44% la gente que leyó al menos un libro en el año), también se destaca que aumentaron las actividades realizadas en Internet que implican lectura, «como la participación en blogs o redes sociales». Quizás la explicación también haya que buscarla en que son pocos los lectores de libros que se adaptaron al soporte digital. Apenas uno de cada diez elige leer en dispositivo portátil.
En la misma lógica puede analizarse la caída en la compra de discos físicos, que es contrapuesta por la música por Internet que cada vez se escucha más. Y ahí el celular ocupa un lugar determinante. El 56% de los encuestados refirió al teléfono como el principal soporte para la escucha de música. Y la conexión a Internet por esa vía es la clave: mientras que en 2013 sólo un 16% escuchaba música online, hoy es el 44% (casi tres veces más).
Como en el caso de la industria del libro, el cambio de soporte perjudicó a las radios. Del 70% que contestó que escucha radio habitualmente, el 62% dijo que lo hace a través del dispositivo tradicional. La dificultad para trasladar la costumbre al celular llevó a una caída de 17 puntos en la escucha desde 2013. El segmento que más abandonó esta escucha fueron los jóvenes de 12 a 17 años, cuyo consumo bajó del 73% al 39%. Ellos, que según la encuesta tienen la mayor proporción de conexión a Internet (98%) y que reconocen escuchar música todos los días, prefieren las posibilidades que ofrece el almacenamiento digital.
Los diarios también sufrieron una caída en su consumo, del 73% al 57%. Pero subió mucho la lectura de noticias por vía digital, algo que hoy hace uno de cada cuatro argentinos. La preferencia entre papel y web también tiene corte generacional. Hasta los 49 años la mayoría prefiere leer las noticias online (casi duplicando la lectura papel), mientras que de los 50 en adelante la relación se invierte. El desafío para los que producen contenidos es adaptarse a las tendencias de consumo. Porque hoy la cultura parece estar en la nube y, paradójicamente, al alcance de la mano. «