Proteinosis alveolar, ese es el diagnóstico del primer paciente internado en la Argentina por “vapear”. Se trata de una poco habitual enfermedad pulmonar asociada al consumo de cigarrillos electrónicos.
El caso reaviva la polémica alrededor del cigarrillo electrónico. Más allá de la prohibición de vender esos dispositivos, que rige en la Argentina desde el año 2011, es posible comprarlos en comercios y también las recargas de líquidos saborizados que se les incorpora, y su consumo crece año a año.
El hombre, de 30 años y consumidor de esa supuesta herramienta de cesación tabáquica –fumó durante 15 años–, fue internado el viernes 11 de octubre con molestias para respirar, en una clínica privada. Una tomografía de tórax reveló que tenía un infiltrado pulmonar bilateral, es decir, que el aire de los espacios alveolares había sido reemplazado por algún tipo de líquido, inflamando los tejidos de los conductos que llevan oxígeno a los pulmones.
Como respondió inicialmente bien al tratamiento, el propio paciente se dio de alta y retornó a su hogar, pero a las 48 horas, las complicaciones pulmonares lo llevaron de vuelta a la clínica, donde tras una serie de estudios más complejos, le diagnosticaron proteinosis alveolar, o sea, una acumulación de lípidos y proteínas en los alveolos, lo que derivó en un inmediata internación en terapia intensiva. Si bien el paciente está estable, ya sin asistencia respiratoria desde el domingo, se trata de un cuadro complejo.
Al tratarse de una práctica relativamente reciente, no hay estudios completos respecto de las secuelas del consumo de cigarrillos electrónicos a corto, mediano y largo plazo. Varias entidades médicas, como la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), vienen alertando hace años sobre el daño que estos dispositivos pueden causar a las vías respiratorias, en vista del número creciente de casos de enfermedades respiratorias graves asociadas a su consumo, sobre todo en adolescentes, atraídos por el “vapeo” de sustancias con sabor a frutas, chocolate, vainilla, etc, como sucedáneo del tabaco.
Se señala que el “vaping” no supone inspirar sólo vapor de agua, sino un producto que contiene polietilenglicol, alcoholes y saborizantes que entran en contacto con los pulmones.
En EE UU, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades ya han detectado 1479 casos de problemas pulmonares relacionados al “vaping”, entre ellos 33 que terminaron con la muerte del paciente. La popularización del dispositivo en ese país y los reportes epidemiológicos llevaron a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) a supervisarlo desde 2016.
Luego de que tomara estado público la situación de este paciente, el diputado nacional Daniel Filmus, impulsor de la Ley 26.687 de Regulación, Publicidad y Consumo de Productos elaborados con Tabaco, aprobada en 2010, presentó un proyecto para modificarla, estableciendo la prohibición del consumo de cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentado (PTC) en lugares cerrados de acceso público.