El anuncio del gobierno de suspender la vacunación contra el meningococo para niñas y niños de 11 años provocó un rechazo unánime y la advertencia de que se trata de un «grave retroceso» en materia sanitaria. Fundación Huésped, la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), la de Pediatría y la de Vacunología y Epidemiología, entre otras instituciones, emitieron comunicados expresando su preocupación y pidieron que la medida se revea por el bien de la salud pública.
Pero el ajuste en la política de inmunizaciones se da en un contexto en el que los estándares de salud de los argentinos experimentan un fuerte deterioro, plasmado en un estadística preocupante: según un informe del Observatorio de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), las unidades de medicamentos dispensadas en el mes de junio cayó un 14% respecto de igual mes del año pasado, una caída inusual por lo abrupta.
La baja en la dispensa de medicamentos es aun mayor en los llamados del «mercado popular», es decir, los que se venden sin receta, llegando a una disminución del 15,73% interanual. Los medicamentos «éticos» (que se dispensan con recetas) bajaron de junio a junio un 13,43 por ciento.
La tendencia coincide con una fuerte merma en la industria farmacéutica, cuya actividad registró en junio un retroceso interanual del 7,7%, según cifras del Indec.
Tres datos permiten vislumbrar que la merma en la compra de medicamentos se profundizará. La desregulación del sector farmacéutico seguirá empujando sus precios –en gran medida atados al dólar– por encima del crecimiento de salarios y jubilaciones. El recorte de 10 mil millones en el PAMI –que dispensa el 40% de los medicamentos recetados en el país– acordado para 2019 con el FMI redundará en el recorte de la cobertura a sus afiliados. Y un ajuste similar evidentemente ya comenzó en medicamentos básicos para la población sin cobertura y también en las vacunas.
Alerta meningitis
La noticia de que el Ministerio de Salud de la Nación había decidido posponer por tiempo indeterminado la dosis de los 11 años de la vacuna antimeningocócica «a causa de las dificultades en la adquisición y entrega desde su incorporación al Calendario Nacional de Vacunación» se conoció el jueves. Según el comunicado, se acordó «priorizar a los grupos más vulnerables de 3, 5 y 15 meses de vida». Ese mismo día, desde el laboratorio GlaxoSmithKline (GSK), que provee la vacuna, desmintieron la versión oficial: «El abastecimiento de la vacuna contra el meningococo para el mercado público es normal y no hay demoras en la entrega de los lotes de vacunas requeridos».
«Mientras la postergación sea por un momento breve, no hay que alarmarse porque se trata de una enfermedad de baja incidencia, pero también es cierto que no podemos aflojar: cuanta más gente tengamos vacunada, mejor», explicó a Tiempo el presidente de la SADI, Lautaro de Vedia. Por su parte, desde Fundación Huésped destacaron que «dado que no se ha presentado nueva información científica, o variado la situación epidemiológica, ni reportado problemas de provisión por parte del laboratorio productor, vemos con preocupación que se deba a razones presupuestarias la decisión de posponer una dosis de una vacuna del Calendario Nacional de Vacunación». También se pronunció al respecto la Fundación Soberanía Sanitaria: «La decisión de discontinuar la vacunación contra el meningococo a los 11 años sólo puede explicarse como parte de una política pública de ajuste y de desfinanciamiento de la salud pública en general y de la política de inmunizaciones en particular».
La vacuna antimeningocócica, con carácter gratuito y obligatorio para niños y niñas a los 3, 5 y 15 meses de vida y para adolescentes a los 11 años de edad, fue incorporada al Calendario en 2015. El objetivo de incorporar a los adolescentes fue disminuir la portación de la bacteria en la población vacunada y así contribuir a la disminución de la incidencia de la enfermedad en el grupo más vulnerable, especialmente los niños menores de dos meses para los cuales no se cuenta con una vacuna. La infección provocada por la bacteria Neisseria meningitidis produce una enfermedad muy grave que puede presentarse como meningitis, bacteriemia, sepsis y meningococemia, con alto riesgo de secuelas graves e irreversibles, principalmente neurológicas.
«En un país que es ejemplo para la región y para el mundo –concluye el comunicado de Soberanía Sanitaria– por el amplio Calendario Nacional de Vacunación con que cuenta, y que implica la responsabilidad asumida durante más de diez años por el Estado Nacional para mejorar la salud de la población, la política de inmunizaciones parece haber dejado de ser una prioridad. Al parecer, el compromiso de ajuste asumido con el FMI es más importante que la salud de la población». «
El asedio a una política clave
Entre 2003 y 2015, el Calendario Nacional de Vacunación pasó de ocho vacunas obligatorias a 20, lo que implicó la ampliación de la cobertura por parte del Estado, que redundó en mejores indicadores sanitarios, convirtiendo a la política de inmunizaciones en una de las más completas del mundo.
No es este el primer ataque oficialista al Calendario. En junio del año pasado, la diputada Paula Urroz (Cambiemos) presentó un proyecto de ley titulado «Consentimiento informado en materia de vacunación» que procuraba terminar con su obligatoriedad.