En el edificio de la calle Yerbal 4965 de Villa Luro funcionan dos establecimientos educativos: el Jardín de Infantes Nucleado D y la Escuela Primaria N° 8 del distrito escolar 18. En la puerta de entrada al edificio, el gobierno porteño realiza una obra que trae mucha preocupación a las familias de la comunidad educativa. Además de complicar las entradas y salidas, los martillos eléctricos provocaron en dos ocasiones fugas de gas y las familias tuvieron que retirar más temprano a los chicos. Este martes, agentes de bomberos de la Ciudad, decidieron cortar el suministro de gas en toda la manzana. “Esto es un peligro para nuestros hijos”, aseguran las familias.
A la Escuela 8 «Base Aérea Marambio», de jornada completa, asisten alrededor de 400 estudiantes, entre el jardín de infantes y la primaria. Hace unas semanas, sin previo anuncio, la administración de Horacio Rodríguez Larreta inició una obra en la calle Yerbal, entre Cervantes y Calderón de la Barca, para crear un espacio verde frente a la escuela.
“Como padre de la comunidad estoy muy preocupado. En la entrada de la escuela dejaron apenas un corredor mínimo por donde pasan 400 chicos y chicas entre jardín y primaria y no menos de 50 trabajadores”, detalló a Tiempo Facundo, papá de una nena que asiste a la primaria.
Las vallas que ocupan el frente y el obrador de metal que rodea el edificio deja apenas un pasillo muy angosto entre la estructura de metal y la pared de la escuela, para poder ingresar. A esta situación, denuncian las familias, se le suma que las inmediaciones del edificio escolar están cercadas por las obras. “Si cruzas la vía del Sarmiento por la calle Corro no podés salir a Rivadavia por Cervantes, sin hacer un rodeo, porque ahí ya está vallado”, agrega Facundo.
Si bien las complicaciones para poder ingresar a la escuela preocupan a las familias, debido a que sus hijos puedan sufrir algún accidente, aseguran que la situación empeora con el ruido de las máquinas y las consecuencias que provoca el avance de la obra durante el dictado de clases.
“Hay seis aulas que dan a la calle y el ruido constante por el uso de martillos eléctricos y maquinaria pesada hace que sea imposible el dictado de clases”, destaca el padre. “Otra preocupación es el polvo que genera la obra, pero lo más grave es que en dos oportunidades fuimos convocados para retirar a nuestros hijos por escapes de gas”.
Las familias afirman que el equipo de conducción de la escuela hace lo imposible y que en varias ocasiones increparon a quienes llevan adelante la obra por los escapes de gas. Lo único que atinaron a decir, según lo manifestado a este medio, es que «se trata de caños muy viejos que se pinchan por la sola vibración que generan las maquinarias”.
Ante esta situación, el martes se acercó al lugar una dotación de bomberos de la Ciudad y se vieron obligados a cortar el gas en toda la zona. Cabe aclarar que, ante una emergencia, la evacuación del lugar es prácticamente imposible por el vallado y el obrador: “Además, ante la evacuación por algún siniestro, nuestros hijos deberían ir a una escuela de la zona que queda a seis cuadras, con varios cruces de calles y sin lugar para albergar a semejante cantidad de personas. Nos preocupa enormemente que además de no tomar los recaudos necesarios la obra siga como si nada”, expresa Facundo.
Las familias reclaman que las obras se suspendan hasta que termine el ciclo lectivo el próximo 21 de diciembre. El pedido lo hicieron formalmente y no descartan tomar alguna medida para poder visibilizar esta situación.
Este diarios se puso en contacto con el ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana que conduce Clara Muzzio para conocer en detalle la obra que están realizando y si van a paralizar su ejecución hasta el inicio de las vacaciones de verano para evitar posibles “accidentes”. Hasta el momento de la publicación de esta nota no enviaron ninguna respuesta sobre este tema.