Una multitud marchó de luto y en silencio bajo la consigna “el ajuste mata”, en reclamo de justicia por la muerte de la vicedirectora y el auxiliar de la escuela 49 de Moreno, ocurrida a causa de una explosión en la cocina ocasionada por un escape de gas que llevaba meses sin reparación por parte de la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense.
La movilización partió desde el Congreso Nacional y concluyó frente a la sede de la Casa de la Provincia de Buenos Aires, en la Capital, y fue encabezada por los gremios docentes. La consigna de la convocatoria fue concurrir con antorchas y velas en recuerdo de la vicedirectora Sandra Calamano y el auxiliar Rubén Rodríguez, víctimas fatales de la explosión ocurrida el 2 de agosto en la escuela Nicolás Avellaneda.
La tensión entre los docentes y la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal –que se arrastraba por la falta de un acuerdo salarial- creció a partir de este hecho, y puso en alerta a la comunidad educativa de la provincia a raíz de la compleja situación edilicia de muchas escuelas bonaerenses.
Al momento de la explosión, el Consejo escolar de Moreno estaba intervenido por el gobierno provincia, pese a lo cual, la gobernadora apuntó contra ese organismo educativo para despegarse de cualquier responsabilidad por la tragedia. De hecho, a través de una carta abierta, Vidal había atribuido a la “desidia” del gobierno anterior la situación edilicia de las escuelas de la provincia, pero los padres de los alumnos y la cooperadora recordaron que ya habían realizado ocho denuncias por la pérdida de gas que terminó en tragedia.