Abrumados por las deudas, los trabajadores de la cooperativa Cristales San Justo Limitada tomaron la semana pasada la drástica decisión de apagar los hornos de la fábrica. La apertura de las importaciones y el aumento sideral de los servicios dejaron al borde del abismo a esta empresa que supo levantarse de las cenizas allá por 2001, cuando la firma había quebrado. Ahora, los trabajadores esperan vender la mercadería que stockearon y, con suerte, volver a producir en octubre.
“Hace unos días atrás éramos 62 compañeros y ahora somos 56”, explicó Juan Carlos Hidalgo, el presidente de la cooperativa, a Tiempo Argentino. El panorama no es bueno y varios de los asociados optaron por abandonar el emprendimiento autogestionado: Cristales San Justo acumuló deudas que rondan los 5.000.000 de pesos entre compromisos a proveedores y boletas de gas impagas.
“Nuestra desgracia comenzó el 20 de diciembre de 2015. Ese día nos llamaron desde Enarsa para decirnos que el Estado no podía vendernos más gas. Antes, pagábamos 2,90 dólares el btu. Conseguimos una empresa tercerizada que nos dejó el btu a 5,5 dólares”, argumentó Hidalgo y agregó: “Pasamos de tener un dólar de 9 pesos a 15 en pocos meses. Eso nos mató. Nuestras materias primas están en dólares”.
“En la época de los patrones no se paraba la producción, pero a partir de 2016 nos vimos obligados a frenar la fábrica durante los meses de más calor. Entonces, producimos las 24 horas, hacemos turnos de doce horas y sobreproducimos mercadería para stockearnos”, señaló Hidalgo, quien se quejó: “El año pasado y el anterior vaciábamos los hornos en septiembre, pero este año nos tuvimos que adelantar para no seguir acumulando deudas. Aún no definimos si vamos a volver a abrir”.
“La última boleta de Enargas nos vino unos 490.000 pesos de transporte y unos 55.000 dólares de Energy Gas por el consumo”, continuó Hidalgo. Además, la fábrica tiene cuotas pendientes de boletas impagas de períodos anteriores generándose una bola de nieve de varios millones.
Durante la década pasada, la fábrica llegó a exportar a Chile, Uruguay y Brasil, pero hoy el escenario es otro. “Hace dos meses tuvimos que descartar un pedido de 30.000 dólares que nos habían encomendado de Brasil porque íbamos a pérdidas”, detalló el presidente de la cooperativa.
El fuerte de Cristales San Justo es la producción de ópticas de autos. Sin embargo, desde el 2000 que los vehículos 0 km dejaron de usarlas, por lo que el mercado es sólo de reposición. Por esta razón, la cooperativa expandió la producción a elementos de bazar, regalerías y equipos de iluminación de hogares.
Paradójicamente, el año pasado el ministro de Trabajo Jorge Triaca visitó la fábrica y les prometió distintas soluciones que hoy no se visibilizan. Esta semana se viralizó un video realizado por los trabajadores en el que le exigen al gobierno que cambie el rumbo. “Tenemos que aguantar. Desde diciembre de 2015 que no pudimos aumentarnos los sueldos, pero confiamos que vamos a estar mejor. Estamos acostumbrados a resistir”, concluyó Hidalgo.