Papá mató a mamá. La espantosa frase de un nene de 8 años fue la primera noticia que tuvieron las autoridades policiales mendocinas sobre lo que un rato después se supo que fue en realidad un triple femicidio, que conmueve a la provincia cuyana y a todo el país. El nene logró escapar de la pesadilla, se escondió en un auto y llamó desde un celular a su abuela paterna.
El drama se desató en la mañana del domingo en una vivienda situada en la calle Entre Ríos 1867, en el barrio Trapiche del departamento de Godoy Cruz. Allí, por motivos que todavía están lejos de esclarecerse, Daniel Gonzalo Zalazar Quiroga, un profesor de artes marciales de 30 años, asesinó a su pareja, Claudia Lorena Arias (31); a su suegra, Silda Vicenta Díaz de Ortíz (90); y a la tía de su mujer, Marta Susana Ortíz (45); además de herir de gravedad a su propia hija de 7 meses y a su hijastro de 11 años.
Según fuentes policiales, en la escena del crimen los efectivos advirtieron que antes de huir el agresor había dejado una hornalla de la cocina con el gas abierto y una vela encendida con la intención de generar una explosión y un incendio, para borrar las huellas del hecho.
Poco después, el asesino se presentó en el Hospital Central de la capital mendocina con un corte en un brazo y dijo que había sido herido durante un asalto, aunque quedó detenido.
Mientras las conclusiones preliminares de las autopsias confirmaron que las víctimas fueron muertas por una sucesión de puñaladas, el ministro de Seguridad mendocino se apuró con las declaraciones: «Es un psicópata que no puede alegar ninguna emoción violenta ni un estado transitorio de inimputabilidad porque la actitud posterior al delito es típico de quien tiene el manejo de la situación y de sus condiciones mentales», sostuvo sobre el autor del múltiple ataque.
A su vez, la coordinadora de la Procuración General de Mendoza, Teresa Day, añadió en conferencia de prensa que se corroboró «inmediatamente» que «no había denuncias previas sobre violencia de género» en contra del ahora detenido.
En tanto, los dos niños heridos, también de arma blanca, permanecían internados y con riesgo de vida en el hospital pediátrico Humberto Notti de la capital mendocina, precisó el director de dicho centro asistencial, Raúl Rufeil.