Un rincón único. Para muchos es como el cerro de Los Siete Colores de Purmamarca en la Quebrada de Humahuaca, Jujuy, pero al revés. En lugar de ser una montaña, es convexo, para adentro de la tierra y desde una lomada o desde un drone, el paisaje se parece un cierre de una prenda de vestir gigante y multicolor que se extiende sobre la tierra, en este caso, sobre la meseta patagónica un arco iris en la superficie de la inmensidad: Tierra de Colores.
Es un sendero para recorrer caminando, tranquilo y siempre mirando donde se pisa y hacia cada costado y girando sobre nuestros talones serán 360 grados de Patagonia infinita. Un horizonte inmenso.
Este rinconcito está en el noroeste santacruceño, cerca de la localidad de Perito Moreno que alberga al Parque Provincia Cueva de las Manos con más de nueve mil años de historia con sus famosísimas pinturas rupestres con escenas de caza, guanacos y sobre todo, manos, muchas, manos, pintadas en los aleros de las laderas rocosas del Cañadón del río Pinturas. El sendero Tierra de Colores hace de antesala de esa maravilla que es Patrimonio de la Humanidad.
Se llega por la Ruta Nacional 40, la más larga del país, y en el km 56 del y tramo rutero santacruceño está una antigua estancia hoy convertida en un lodge, hospedaje, restaurante: La Posta de Los Toldos es, además, donde comienza este sendero.
Se estaciona el vehículo y bajo un cartel indicatorio, arranca el recorrido. Desde allí, uno ni se imagina lo que vendrá. Un arco iris de arcillas y areniscas. Al comenzar el circuito, el suelo se deshace tan solo mirarlo si es que hay viento, un elemento que integra cualquier paisaje patagónico.
Un beige primero y un marrón rojizo después pintan el suelo que se abre en nuestro camino entre planicies polvorientas y lomadas suaves. Es frágil la superficie, se deshace si pisamos fuerte en algunos tramos mientras se extiende a medida que se avanza hacia un horizonte cercano.
Dicen que al pisar estas areniscas se camina sobre 65 millones de años, que son parte del paisaje jurásico y datan de cuando se registraron las erupciones volcánicas que se sucedieron a la separación del antiguo continente de Gondwana. Luego emergería la Cordillera de Los Andes, se extinguirían los dinosaurios y las grandes modificaciones se ven hasta en nuestros días.
Siga caminando porque en un determinado momento, advertirá que el llano se corta abruptamente a la vista y sobre su costado izquierdo, la sorpresa está en el paisaje. El cañadón multicolor se abre a sus pies, serán ¿naranjas, verdes claros, ocres, blancuzco, beige, lila, morado? Son tonos pastel pero cuando el sol intensifica su luz brillante de la tarde, cobrarán fuerza los colores del paisaje. Lo mejor: usted puede caminar inmerso en este cañadón de colores, en esta Tierra de Colores.
Para Federico Djeordjian, de “Chelenco Tours” con quince años de experiencia en la zona, “la nieve del invierno puede complicar el acceso pero en general todo el año está abierto incluso la oficina de informes está sobre la ruta”, cuenta a Tiempo de Viajes y agrega que en el caso de la hostería abre desde el primero de octubre hasta abril.
“Es increíble lo que ha crecido el sendero, en visitación, porque es de fácil acceso y muy sencillo de recorrer, muy accesible. Es único”, explica con entusiasmo, porque hay sitios, como este, que les atrae y sorprende incluso a quienes viven en la región y visitan constantemente con turistas.
Más info:
www.parquepatagoniaargentina.org
chelencotours.tur.ar