Las y los concurrentes que se capacitan y trabajan de forma no remunerada en el sistema público de salud porteño llevan años denunciando que el Gobierno de la Ciudad avanza en su contra. La preocupación del sector creció en los últimos días, ante el afianzamiento de una versión que implicaría la “privatización” de este servicio. “Después del cierre de Ministerio de Salud, es el peor ataque a la salud pública. Es un recorte de salud drástico: va a haber menos personal y se privatizan los posgrados en un solo movimiento. Todo lo que vienen tratando de hacer, en un solo movimiento”, advirtió Iñaki Sanguinetti, delegado del subcomité del Hospital Álvarez, psicólogo concurrente de 5º año e integrante de la Asamblea de Residentes y Concurrentes de CABA.
“El recorte viene por goteo hace años. Lo venimos denunciando. En 2019 había 250 cupos; en 2020 fueron 190. El recorte ya había sido drástico”, repasó. Esta tarde, en una asamblea, se resolverán los pasos a seguir y si toman alguna medida de fuerza. La última información “semi oficial” que recibieron fue la semana pasada, tras una reunión entre Daniel Ferrante –segundo del ministro de Salud, Fernán Quirós- y quienes coordinan el sistema de concurrencias. “En esa reunión se dijo que la decisión es que este sea el último año de concurrencias. Y dijeron algo que nos tiene intrigados: que ya tienen arreglado con la UBA que se harían cargo de esto. Es una privatización doble: del sistema público de salud y de los posgrados. A nosotros no nos responden ni nos citaron”, lamentó. Este lunes, de hecho, se confirman las nuevas adjudicaciones: aunque había problemas para ingresar al sistema, se otorgaron 135. Un descenso por tercer año consecutivo.
Las concurrencias son un sistema de capacitación de posgrado en hospitales públicos, y constituyen trabajo profesional no remunerado. Quienes las integran –junto con médicos residentes- llevan largo tiempo reclamando que se les reconozcan derechos laborales. Ahora, además, reclaman por su continuidad dentro del sistema de salud pública. El recorte implica una reducción de personal sobre todo en el ámbito de la salud mental, ya que gran parte de los concurrentes son del área de psicología.
“Nuestro reclamo como concurrencias siembre va a ser ART, salarios y que no se cierren los cupos. Sobre todo en pandemia, y que vayan transformándolo en un sistema más formal. Pero hoy las residencias son las mismas que antes y hay menos concurrencias. Eso se traduce en menos personas trabajando en el sistema público de salud”, insistió Sanguinetti. En este momento, hay cerca de mil profesionales en esta situación.
Por su trabajo en el Álvarez, vio en forma directa el modo en que la pandemia incrementó las necesidades en materia de salud mental. “Ansiedad, lo que conocemos como ataques de pánico, fobias, efectos del encierro, miedo a volver a la calle se ve mucho. Complicaciones en términos médicos, cirugías postergadas y la ansiedad que genera eso. Salud mental está presente en todos los rincones del hospital y es muy necesaria, también para asistir a los médicos. Un recorte del personal de salud mental en este contexto es incomprensible”.