Cada vez que volaba para trasladar a un pacientito o pacientita, la enfermera pediátrica Denise Torres García le enviaba un mensaje previo al despegue a su amiga Julieta Brazenas. Y otro tras aterrizar. Hasta que el intercambio quedó trunco. El viernes último, Denise le escribió a Julieta desde Río Grande. Tenía que volver a comunicarse cuando llegara a Buenos Aires. Pero el avión Learjet 35A, matrícula LV-BPA, se estrelló antes de levantar vuelo. Julieta, colega y ex compañera de Denise en el Hospital Italiano, se quedó esperando ese mensaje que no llegó. El que debía decir que todo estaba bien. En cambio, recibió una noticia que la dejó en shock.
“Fui una de las primeras personas a la que le contó que quería dedicarse a esto (el traslado sanitario pediátrico, que ejercía desde mayo). Estuve muy presente en ese momento de su trayectoria profesional. Todos los vuelos que ella hacía me mandaba mensaje cuando salía y cuando llegaba”, contó Julieta a Tiempo. “El viernes me dice ‘no sé dónde queda Río Grande pero me estoy yendo’. Después me contestó una historia de Instagram sobre un paciente, porque ella seguía lo que pasaba con mis pacientes, y me dice ‘estoy por despegar para Buenos Aires’. Nos íbamos a juntar el sábado a estudiar para un examen. Le digo ‘avisame cuando llegues, ya compré los brownies’. A la hora y media me llega un mensaje pero de otra amiga, diciendo que había visto el accidente. Dije ‘no es Denise’. Yo no lo podía creer, no me entraba en la cabeza. Me quedé con ese mensaje que me tenía que contestar. Fue 30 minutos antes del despegue”.
Denise y Julieta compartieron menos de un año de trabajo en el Hospital Italiano, pero se hicieron amigas muy rápido y nunca perdieron el contacto. Ni siquiera durante los dos años que pasó Julieta en España. Cuando volvió a la Argentina, una de sus primeras salidas fue a la cancha: Denise la invitó a ver un partido de la selección femenina de fútbol. Fanática de Racing, era uno de los deportes que la apasionaba.
La joven tenía 30 años. Además de estudiar Enfermería, había pasado por la carrera de Trabajo Social. Vivía en el barrio porteño de Núñez. Años atrás había fallecido su novio, en un accidente de tránsito. Ella nunca perdió la sonrisa.
Después de trabajar en el Italiano pasó por el Sanatorio Finocchietto. Pero “estaba un poco harta de la vorágine, la rutina y los horarios”. Por eso, recuerda su amiga, apuntó a los vuelos. “Entró a la empresa de traslado aéreo por su tío, piloto de avión. Le encantaba. En todos los vuelos filmaba, mandaba mensajes, videos. Pasó por momentos difíciles en los vuelos, pero tenía la capacidad de poder salir de las situaciones de mierda de la mejor manera. Tenía esa capacidad impresionante, con humor. Siempre le decía ‘no sé cómo hacés para hacer esto con una sonrisa en la cara’”, describió su par. Y resaltó que, aunque era nueva en el ámbito de los traslados aéreos, “los médicos la pedían a ella para laburar. Hacía dos meses nada más que laburara pero le llegaban mensajes de los médicos diciendo ‘Den, pedí que te manden a vos, me siento cómodo con vos, no quiero que manden a otro’. Es difícil meterse en el mundo aeronáutico y ella lo hizo muy rápido”.
Este lunes, Denise y Julieta planeaban presentarse a rendir un examen para entrar al Hospital Garrahan. Tras la muerte de su amiga, Julieta no pudo estudiar. Decidió presentarse igual, por ella. “Soñé que me decía ‘mañana aprobamos’. La mejor forma de recordarla es hablando de ella y haciéndole saber a los otros que era una persona increíble”, se emocionó.
Por la profesionalización
A través de las redes sociales circularon mensajes de familiares de pacientes, compañeros y compañeras de trabajo y estudio de Denise. “Cuidó a mi hijo con muchísimo amor en todas sus internaciones. Es una tristeza muy grande no volver a cruzarnos con tu hermosa sonrisa, ¡volá alto Denu! Gracias por todo el amor a Vitto”, escribió una mamá para despedirla.
Además de su sonrisa permanente, muchos y muchas recordaron su compromiso militante. Su lucha por la profesionalización de la enfermería en la Ciudad de Buenos Aires, donde el sector fue relegado del escalafón de profesionales de la salud por la gestión de Horacio Rodríguez Larreta.
“Una defensora tenaz de la profesionalización de la carrera, siempre defendiendo las injusticias para con Enfermería. En el último tiempo recibiéndose de licenciada y apostando a seguir formándose como docente”, la despidieron “con mucha tristeza tus compañeres de ‘El Frente’ (Ciencias Médicas)”, donde había militado durante años.
Según consignó El Patagónico, fue su colega Samuel López, enfermero de la Universidad de Buenos Aires, quien le sugirió pensar en el trabajo en aviones. «Los traslados aéreos sanitarios son muy complejos, sobre todo cuando son pediátricos. Requieren algo especial que solo Denise tenía», dijo. Ese ‘algo especial’ lo transmitía también como profesora de hockey y de fútbol femenino en la UBA, y antes como maestra de apoyo en el Barrio 31, con el grupo Aprender Jugando.
Su último viaje fue para llevar a su casa a un bebé de cinco meses que sufría botulismo. El pequeño volvió a Río Grande para continuar la recuperación en su lugar, después de un mes de tratamiento en Buenos Aires. Junto a Denise, lo llevaron a su hogar los pilotos Claudio Daniel Canelo y Héctor Andrés Vittore, y el médico Diego Ciolfi.